Chus Tudelilla Laguardia
pura voluntad de abstración
“Me sorprendió un pensamiento extraño, se había posado en mi mano abierta como una mariposa, el
pensamiento de que la gente una vez, hace mucho tiempo, como alter ego, amaba las abstracciones tal
como las hacemos ahora. ¿Qué los hizo posibles, estos productos de una pura voluntad de abstracción?”.
Franz Marc. Desde el frente de la Primera Guerra Mundial
La temporada había terminado ya pero las obras que Eusebio Sempere acababa
de realizar en París interesaron tanto a José Mateu, director de la Sala Mateu de
Valencia, que decidió presentarlas aunque sólo fuera durante un breve periodo
de tiempo. La exposición se inauguró el 11 de julio de 1949 y permaneció abierta
hasta el día 22 de aquel mes. Ya en el folleto José Mateu anticipaba el desconcierto
que los gouaches no figurativos de Sempere provocarían en un amplio sector,
claro que también confiaba en quienes los contemplarían como “una lección más
de pintura joven, de las que yo siempre procuro dar a conocer para, de este modo,
agradecer el interés que el público y Valencia ha demostrado a esta Sala, creada
por mí precisamente para ponerla a tono con todas las inquietudes del momento”.
De modo que el mejor consejo para los visitantes de la exposición era que
mirasen con calma las obras, y varias veces, para así comprender su nueva visión
pictórica. Los comentarios en prensa fueron negativos. Sempere recordó la experiencia
de aquella exposición en un texto de 1975. Los gouaches de entonces,
escribió, eran la respuesta al deslumbramiento que en él provocaron obras no
figurativas que había contemplado en diferentes galerías de París, y el resultado
de un “somero análisis del cubismo y de los colores planos y del grafismo de Matisse
… tomando colores e impresiones de la realidad, pero esquematizando las
formas en geométricas onduladas o espirales”, previas a las tramas lineales que
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