de la multitud o la mezcolanza de seres y vehículos ha tenido en las creaciones
artísticas de este último siglo.
En esta tercera ocasión, el tema elegido se denomina La eclosión de la abstracción.
Línea y color en la colección del IVAM y recoge a un conjunto de artistas para los que (tal
y como escribió Charles Baudelaire) “Tanto la línea como el color inspiran pensamientos
y sueños; los placeres que derivan de ellos son de naturaleza distinta,
aunque perfectamente iguales y absolutamente independientes del tema de la pintura”.
Siguiendo las ideas del escritor francés, nos referimos en esta exposición a
un conjunto de artistas que entienden la línea y el color como elementos de un
lenguaje plástico equivalente a la función que la palabra y la frase juegan en el lenguaje
escrito o hablado. Un lenguaje que trata, no tanto, de describir o narrar una
situación específica, como de producir sensaciones, experiencias o emociones que
se asemejan más a una composición musical, a una relación de tonos, que a una
narración de carácter descriptivo.
Ya desde finales del siglo XIX e inicios del XX un conjunto de artistas centroeuropeos
pugnaban por construir aquello que se ha entendido como “un lenguaje
nuevo, una pintura nueva”, en el que los aspectos musicales y espirituales adquirieron
una importancia de primer orden y en el que, tal y como dijo Kazimir Malevich,
el sentimiento personal ocupaba un papel central en la elaboración de la pintura
abstracta. De este modo, los sentimientos se relacionaban con la espiritualidad al
tiempo que el misticismo se mezclaba con las visiones inconscientes, dando pie a
una expresión directa de un conjunto de aspectos invisibles que, en la tela, adquirían
una plasmación visible.
A partir de estas ideas, durante el último siglo, se han ido creando un conjunto
de obras basadas fundamentalmente en los aspectos visuales, independientes
de cualquier otra razón que sea exterior a la misma tela y desligada de toda remisión
objetiva con el fin de dejar claro que el arte ya no expresa nada diferente de lo
que propiamente muestra, configurando así un nuevo “lenguaje” que es, probablemente
para muchos, una de las mayores aportaciones del arte moderno. Tal y
como manifestó el pintor Josef Albers, se trata de “proclamar la autonomía del color
como medio de la organización plástica”. De acuerdo con Albers, podemos decir que
la inmensa mayoría de los cuadros de pintura abstracta realizada desde el inicio
del siglo xx (unos de carácter más místico u otros más romántico o más analítico),
10