Asger Jorn y Karel Appel se dedicaron a investigar sobre las posibilidades
del uso de la cerámica durante los años centrales del siglo xx. Ambos pertenecían
al grupo CoBrA, un colectivo de artistas activo entre 1948 y 1951,
cuyo nombre estaba formado por las iniciales de las ciudades de donde
procedían sus miembros: Copenhague, Bruselas y Ámsterdam. En el
manifiesto fundacional del grupo, Contant Nieuwenhuys1 lamentaba la
existencia de un arte contemporáneo creado por y para las élites culturales
burguesas y defendía un arte popular que, al reservar espacio para la
actividad del inconsciente, se liberaba de sus límites formales y se orientaba
hacia nuevas peripecias creativas. Como hemos visto en la sala anterior,
Fontana que, había trabajado con cerámica desde los años treinta,
llegó al punto álgido de sus indagaciones sobre este material en sus
relieves murales de mediados de los años cincuenta. Precisamente, fue
en esa época cuando Jorn llegó a Italia y Fontana le abrió las puertas de su
estudio en Albisola y le ayudó a superar las fronteras existentes entre el
lenguaje Kitsch y el culto de vanguardia. El resultado fue el mural cerámico
que Jorn realizó para la Statsgymnasium en Århus en 1959, una pieza
de 27 metros de longitud donde se fundían imágenes abstractas y figurativas,
procedentes de la cultura y mitología escandinava, conformando
una especie de caldo primigenio que, según las ideas desarrolladas por
Gaspar Bachelard, provocaba el potencial imaginativo del ser humano:
1 Nieuwenhuys, Constant. “Manifiesto”. Stokvis, Willemijn. CoBrA: movimiento artístico internacional
de la segunda posguerra. Barcelona: Polígrafa, D.L.1987, p. 29.
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