el expresionismo absracto en relación con la experiencia moderna, resume así el
sentido político de este movimiento:
“El expresionismo abstracto es un tipo de arte que responde a la gravedad de
los acontecimientos históricos de la primera mitad del siglo xx. Documenta,
analiza y busca transfigurar lo que considera la experiencia humana colectiva
que resultó del derrumbamiento de occidente en una depresión y en una
moderna Guerra de los Treinta Años. En su intento de explicar y de redimir
las experiencias de su generación, el expresionismo abstracto quiso afirmar
y, en ocasiones regenerar, la vida occidental”11.
También podría entenderse en ese sentido la célebre frase de Harold Rosenberg,
uno de los críticos fundamentales del Nueva York de la época, que describe a la
pintura como “una arena en la que actuar”12. Sin embargo, suele leerse más bien
en concordancia con lo declarado por Jackson Pollock, quien pronto se convertiría
en el gran mito de la nueva pintura americana, en la revista Possibilities, que para él
el acto de pintar adquiere un carácter performativo, casi místico, que, situando su
lienzo en el suelo, convierte a la pintura en un lugar:
“Cuando estoy en mi pintura no soy consciente de lo que estoy haciendo. Sólo
después de un período como de ‘acercamiento’ me doy cuenta de lo que me
traía entre manos. No tengo miedo de hacer cambios, destruir la imagen,
etc., porque la pintura tiene vida propia. Yo trato de dejar que aflore. Solo
cuando pierdo contacto con la pintura el resultado es un desastre. Si no, lo
que hay es pura armonía, un fácil dar y tomar, y la pintura sale bien”13.
Otros artistas, como De Kooning o Gorky, de raíces europeas, no dejan de lado
completamente la figuración aunque sus pinturas compartan con la de Pollock un
sustrato de subjetividad expresiva fundamental. De nuevo, se ponía de manifiesto
que el objetivo no era tanto la abstracción como la expresión, creando una imagen
en la cual tanto el pintor como el espectador proyectan asociaciones concretas.
Ahora bien, desde un punto de vista estrictamente objetivo y desde una distancia
temporal de varias décadas cabe plantearse algunos interrogantes difíciles de
responder. Si la nueva pintura era fruto de un trauma colectivo, ¿era posible mantener
la tensión de aquel momento histórico? Si cada pieza expresaba un instante
11 Stephen Polcari. Abstract Expressionism and the Modern Experience. Nueva York, Cambride University Press, 1991.
12 Harold Rosenberg. “los pintores americanos de la acción”. Art News, Nueva York, marzo de 1952. Recogido
en Herschel B. Chipp, Teorías del Arte Contemporáneo, Madrid, Akal, 1995, p. 605-607.
13 Jackson Pollock. “In my painting”, Possibilities I, Nueva York, invierno 1947-1948. P. 79. Traducción de
la autora.
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