destruir el cuadro” ni para “violar las reglas” sino “para encontrar otra cosa…”7 sus
propias ideas y pensamientos.
Henri Michaux si que llevó al arte a prácticas alucinógenas, fuera de toda norma.
A finales de 1954, empezó a consumir mescalina bajo control médico y dibujó
bajo sus efectos. Sus experiencias quedaron recogidas en tres libros publicados entre
1956 y 1961: Miserable milagro, El infinito turbulento y Conocimiento por los abismos. Posteriormente,
7 Palabras de Lucio Fontana reproducidas en GARCÍA, Aurora. “La lucidez de Fontana”. Lucio Fontana: entre
materia y espacio. Fundació “la Caixa”, Palma, 22 de julio-13 de septiembre, 1998; Museo Nacional Centro
de Arte Reina Sofía, Madrid, 30 de septiembre-16 de noviembre de 1998 / comisarios, Thomas M. Messer,
Franziska Nori. Madrid: Fundación “la Caixa”; MNCARS, D.L.1998, p. 39.
8 Combalía, Victoria. “Un continuum semejante a la vida”. Henri Michaux: Dibuixos mescalínics. Centre Cultural
Tecla Sala, L’Hospitalet, del 22 d’abril al 28 de juny de 1998. L’Hospitalet: Ajuntament, D.L.1998,
135
p. 39.
entre 1966 y 1969, elaboraría otra serie de dibujos a los que denominó
postmescalínicos, de degradación y de reagregación en recuerdo a aquellas prácticas
8. En todos ellos reinaba la verticalidad, el estiramiento de una línea laberíntica
y vibrátil que ocupaba casi toda la superficie del papel y evocaba a paisajes naturales
contemplados a vista de pájaro. Su producción artística siempre estuvo conectada
a su literatura de viajes, especialmente a Un bárbaro en Asia (1933), y contenía
dibujos de ideogramas y extraños caracteres que derivaban de la caligrafía china y
japonesa, eso sí, desligadas de cualquier significación y mensaje.