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Durante mi estancia en Villores, pasear por los caminos y rutas alrededor del pueblo fue mi actividad principal y parte fundamental del proceso creativo. Estos paseos no solo me permitieron observar y conocer el territorio, sino que fueron, asimismo, un momento de aislamiento y reflexión.

En los últimos años, los pueblos de estas zonas están sufriendo un éxodo de población que está afectando al paisaje, la agricultura y la economía. Los pastos se están secando y, en su lugar, están apareciendo placas solares y parques eólicos que explotan los recursos naturales de la zona.

Me interesó investigar cómo un territorio puede quedarse vacío de personas, pero aun así continuar explotando sus recursos. Y cómo podemos abordar la relación entre la naturaleza, la tecnología y estas problemáticas actuales. Además, me interesa la importancia del presente y del pasado en estos contextos, y qué miradas existen hacia el futuro.

Con todas estas imágenes e ideas en torno al lugar, mi propuesta para el pueblo de Villores tiene como objetivo explorar estas problemáticas y reflexionar sobre cómo podemos abordarlas de manera creativa. Para ello, utilizo un software de generación de imágenes a partir de texto, con el fin de crear una serie de piezas que aborden estas cuestiones.

Puedes descargar aquí más información sobre mi intervención en Villores.

Lola Zoido (Badajoz, 1994) es una artista que explora la manera en que construimos nuestra realidad mediante procesos digitales. Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y actualmente basada en Madrid, la práctica de Zoido se centra tanto en el resultado virtual como en el material de la generación de imágenes. Su producción combina una mirada desde lo analítico y lo poético sobre las relaciones que surgen en la intersección entre lo digital y lo físico.

Vallibona realiza una carbonera de vez en cuando para recordar uno de los oficios que ha dado mayor identidad al pueblo, ya que fue durante muchos años el medio de subsistencia de sus gentes. En este contexto, me incluyo en su proceso de recreación histórica y lo abrigo guardando la carbonera durante una semana. En la que invito a vecinas y visitantes a reunirse alrededor de esta montaña incandescente para hablar sobre la extracción natural y cultural, contar historias, cantar canciones, hacer tarot y guardar el fuego hasta que salga el humo azul y las puntas ya no estén blancas.

Debido a las grandes sequías y los incendios que sufre la Comunidad Valenciana, finalmente no hemos podido encender la carbonera, que permanecerá a la espera de las lluvias del próximo invierno. Pero de esta experiencia, la de compartir espacio, tiempo y quehacer con las personas del pueblo, hemos generado una película de 16 mm. Y mientras esperamos que las condiciones nos permitan encender la montaña de madera, nos reunimos en torno a otra Carbonera, el bar con ese nombre en el que nos acogen Tere y Manel. De esta forma hemos ido juntando trocitos arqueológicos para formar un ensayo fílmico del pueblo y su gente, a través de imágenes con grano y palabras de tierra.

Puedes ver la película Al Voltant de la Carbonera, a través de este enlace y descargar aquí toda la información de mi intervención en Vallibona.

Laura Palau (Benlloc, 1993) se considera una agricultora urbana o una cosmopolita rural. Piensa con las manos y confecciona con el cerebro. Anda entre comunidades rurales y ciudades contemporáneas y las intersecciones entre estos dos ámbitos componen la tierra en la que crece su práctica artística. Valiéndose del pensamiento feminista y autóctono y del conocimiento rural, aborda dicotomías como el ser humano frente a la naturaleza, el campo frente a la ciudad y el local frente a lo global, con el objetivo de deconstruir tales distinciones. Para ella, las nociones de hacer juntos son cruciales para descentralizar al artista como genio y creador único, fomentando un espacio de transformación en el que el acto de crear colectivamente sea posible.

En nuestra primera visita a Palanques, en diciembre de 2022, las campanas daban la hora con 23 minutos de retraso. En el bar del pueblo esta imprecisión parecía generar atención a la par que indiferencia. Allí nos contaban que el sistema del reloj se ajusta cada año con las campanadas de Nochevieja, pero con el transcurso de los días y sin nadie que lo atienda, el reloj va perdiendo precisión.

En Palanques, su tiempo lo marca un sistema mecánico de ruedas y engranajes. En estos relojes, el desajuste es algo inherente a su realidad material, abriéndose, cada hora, una brecha entre el tiempo global y un tiempo propio, fruto del desgaste de lo mecánico. Las campanas de Palanques evocan una disyuntiva que afecta a este y a tantos otros pueblos: sumarse a una red global perfectamente calibrada y sincronizada o apelar a un tiempo propio y, de algún modo, soberano.

Mecanismo de escape consiste en una homotecia de la propia campana, haciendo hincapié en su estado latente. Un micrófono de contacto se encarga de captar la vibración de la campana más allá de su repique y una placa metálica, situada a 450 metros, reproduce estas frecuencias inaudibles a través de las reverberaciones de un nuevo material. Una vez al día, durante los minutos de desfase que anticipan la campanada, la placa metálica recibe y amplifica la cacofonía de ritmos que excitan la campana. El viento, los animales o los coches hacen de cada accionamiento del sistema un momento singular que tiene la campanada como colofón, en un intento por reconciliar el tiempo del reloj con el tiempo abierto e inasible de la experiencia.

Puedes descargar aquí más información sobre nuestra intervención en Palanques.

La Cuarta Piel es una comunidad de prácticas que vincula procesos participativos al cuidado del entorno. Fundada en Alicante, traduce los procesos que sustentan la vida humana en las ciudades. Lo hace a través de situaciones hedonistas que materializan las relaciones ecológicas de estos complejos procesos y las acercan a una escala humana.

Castell de Cabres es el pueblo más pequeño de la Comunidad Valenciana. Es un pueblo precioso, regido por una montaña (una colina) en forma de espiral.

Cuando llegué la primera vez y una vez subí a lo alto de la montaña, lo que me sorprendió era que todo el terreno, o buena parte de él, estaba perfectamente dividido. Se veía lleno de pequeños muros de piedra –más rectos, menos, más largos, menos– que delimitaban la superficie en irregulares proporciones. Estas divisiones estaban hechas por muros de piedra seca, una forma tradicional de construir el paisaje de estos pueblos del interior de Castellón.

Esta visión desde lo alto de la montaña del terreno fragmentado me ha acompañado durante todo este tiempo y, de alguna forma, es la base de la propuesta.

Dividir un terreno en dos, y en dos, y en dos, y en dos… consiste en coger un terreno –una era casi circular en la entrada de la población–, e ir subdividiéndolo con muros de piedra seca, como de alguna manera se ha hecho en los terrenos durante tantos años en Castell de Cabres, pero siempre con el mismo trozo de terreno. Haciendo una especie de terreno fractal, un laberinto de divisiones donde el espectador, cuando vaya, si quiere llegar hasta el final, tendrá que realizar una trayectoria en forma de espiral.

Puedes descargar aquí la ficha completa de mi intervención en Castell de Cabres.

Pep Vidal (Rubí, Barcelona, 1980) es licenciado en Matemáticas y doctor en Ciencias Físicas, y compagina la práctica artística con la docencia en la Universidad Autónoma de Barcelona. En su faceta artística se interesa por los cambios infinitesimales que se producen siempre, en todas partes, vinculando su investigación a experiencias vitales.

Cada visita a Herbers nos supone un alud de estímulos, muchos e interesantes hilos de los que estirar con el extenso patrimonio cultural y natural de este territorio.

En Herbers, cuenta la tradición que el pueblo estuvo siete años sin recoger ninguna cosecha a causa de las granizadas. Por eso construyó un pigronet en lo alto de la montaña y realizó una rogativa todos los tres de mayo. Actualmente, la tradición se mantiene el último fin de semana de abril, donde además se conmemora el trágico hecho que allí sucedió. Durante nuestra estancia en el pueblo, comentamos con los vecinos y vecinas la historia, ofreciéndonos su versión.

La tradición oral permite acceder a historias narradas desde múltiples relatos, desde la inmensidad de perspectivas y memorias. Una crónica viva con multiplicación de narrativas, superposición de capas y diversidad de visiones. Una memoria colectiva que evoluciona y transforma influenciada por las realidades sociales y personales de cada generación.

Con toda esta profusión de imágenes y narraciones, hemos generado un caleidoscopio ubicado en el único punto del pueblo desde donde se ve la cima de la Tossa. Un instrumento capaz de generar múltiples patrones en torno a la historia y las tradiciones de Herbers. Creamos un dispositivo que fomente la pregunta y contribuya a la interacción entre las personas visitantes y la gente del pueblo, que nos ayude a transmitir el relato de la tradición como elemento de identidad colectiva.

Por otra parte, hemos creado también una serie de postales con imágenes que han acompañado a nuestra aproximación al territorio, los elementos que han desatado el proyecto y también algunos de los nuevos patrones generados por el caleidoscopio. Una colección de postales que será el regalo que entregue la comisión de fiestas el próximo año en toda la comunidad que colabora en la tradición de la fiesta local.

Puedes descargar aquí la información ampliada sobre nuestra intervención.

Fent Estudi Coop. V. es una cooperativa valenciana fundada por Eva Raga, Isabel González y Fran Azorín en 2016. Realizan estudios e intervenciones en el territorio con la participación activa de la ciudadanía y el aprovechamiento de los recursos locales, con el objetivo de generar entornos urbanos y arquitectónicos más justos e inclusivos.

CONFLUÈNCIES. Intervenciones artísticas en el medio rural vuelve a la provincia de Castellón, esta vez, con residencias y acciones específicas en cinco pueblos de la comarca de Els Ports: en Herbers, junto al valle del río Escalona; en Vallibona y su bien conservado núcleo histórico tradicional; en Palanques y Villores, ubicados ambos en la ribera izquierda del río Bergantes; y finalmente, en la localidad de Castell de Cabres, considerado como el municipio más pequeño de la Comunitat Valenciana.

El programa de Confluències, dentro de la línea de l’IVAM al territori, pretende generar un marco de creación y mediación artística en el que se vean involucrados las imágenes, sonidos y memoria de los lugares que lo reciben y de aquellas personas que los habitan. Intenta establecer, a partir del diálogo y convivencia con las y los artistas, un marco de interacción y aprendizaje compartido. En la comarca de Els Ports, se han unido al proyecto la artista Lola Zoido y el colectivo La cuarta piel, compartiendo experiencias con otras artistas que ya habían participado con anterioridad en Confluències, como Pep Vidal, Laura Palau o los miembros de Fent Estudi.

El equipo de artistas de Confluències en la comarca de Els Ports está realizando las siguientes intervenciones específicas:

• Fent Estudi en Herbers nos invita a activar un caleodoscopio, concebido como dispositivo de transmisión de relatos e historias locales, facilitador de conexiones e interacciones entre las personas visitantes y la gente del pueblo.
• La Cuarta Piel en Palanques nos invita a reflexionar sobre el tiempo universal estandarizado, el tiempo vivido por las vecinas del pueblo y el tiempo propio del reloj mecánico, cuyo repique activa el sonido de las campanas del pueblo.
• Laura Palau en Vallibona ha realizado un registro audiovisual de los encuentros en torno a una carbornera, generada por la artista en esta localidad y en la que han colaborado las vecinas y vecinos del pueblo. La carbonera funciona como un artefacto de aproximación entre la artista, la población y el paisaje habitado.
• Lola Zoido en Villores ha especulado con especies vegetales utópicas que materializa en cuatro esculturas cerámicas, imaginando nuevas plantas que puedan ayudar a combatir la amenaza del fuego en este entorno natural.
• Pep Vidal en Castell de Cabres ha querido expandir y llevar más allá la idea de la parcelación y división del paisaje, generando un nuevo espacio en el terreno de una era situada en la entrada de la población.

CONFLUÈNCIES no habría sido posible sin la inestimable ayuda –antes, durante y tras sus periodos de estancia–, de los ayuntamientos y agentes locales, y de los vecinos y vecinas, que facilitan alojamientos, encuentros, conversaciones y gestiones para poder llevar a cabo las intervenciones artísticas en sus municipios.

Los 24 pueblos que conforman la Ruta 99 y en los que CONFLUÈNCIES propone su programa de intervención artística durante los años 2021, 2022 y 2023 son: Espadilla, Fuentes de Ayódar, Torralba del Pinar, Torrechiva, Vallat, Villamalur, Higueras, Pavías, Matet, Sacañet, Fuente la Reina, Castell de Cabres, Herbers, Palanques, Vallibona y Villores, en la provincia de Castellón; Sempere, Carrícola y la Puebla de San Miguel en la provincia de Valencia; y Benillup, Benimassot, Famorca y Tollos, en la de Alicante.