VisitasIVAM Centre Julio González

Actividad gratuita para los visitantes del Museo. Es necesario inscribirse 15 minutos antes del comienzo de la visita en el mostrador situado en el Hall de entrada al IVAM. Plazas limitadas a 30 personas (se seguirá el orden de inscripción).

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Ana Peters

VisitasIVAM Centre Julio González

Actividad gratuita para los visitantes del Museo. Es necesario inscribirse 15 minutos antes del comienzo de la visita en el mostrador situado en el Hall de entrada al IVAM. Plazas limitadas a 30 personas (se seguirá el orden de inscripción).

OtrosIVAM Centre Julio González

Actividad preferente para los AMIG@S del IVAM, pero abierta a todos los visitantes del Museo y gratuita. Es necesario inscribirse 15 minutos antes del comienzo de la visita en el mostrador situado en el Hall de entrada al IVAM. Plazas limitadas (se seguirá el orden de inscripción).

OtrosIVAM Centre Julio González

A Vicent Llobell (Valencia, 1953), conocido como “Sento”, se le considera uno de los integrantes de la llamada Nueva Escuela Valenciana del Cómic de los años 80. Sus  ilustraciones y cómics  se han publicado en medios como Bésame Mucho, El Víbora, Cairo, TBO o El Jueves.

“Atrapado en Belchite” es la segunda entrega de las aventuras del médico Pablo Uriel. Se trata de una novela gráfica basada en las memorias de este médico, suegro del dibujante de cómic, que cuenta cómo vivió la Guerra Civil española.

 

 

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Tristes Armas

IVAM Centre Julio González

Martha Rosler (Nueva York 1943) trabaja con video, fotografía, texto, instalación y performance. Su trabajo se centra en la esfera pública, la exploración de temas de la vida cotidiana, los medios de comunicación, la arquitectura y el entorno construido, con una especial sensibilidad hacia el papel de la mujer en la sociedad.

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Tristes Armas

ExposiciónIVAM Centre Julio González

En el siglo XX las fotógrafas fueron partícipes de todas las áreas de la vanguardia, entre ellas la fotografía. Algunas de ellas estudiaron nuevas técnicas en la Bauhaus o frecuentaron a los surrealistas y crearon imágenes oníricas que reflejaban la percepción y experiencia femeninas. Una fotógrafa formada en la Bauhaus como Grete Stern usó la técnica del fotomontaje para manipular y combinar imágenes de distintas fuentes. Su obra auguró las fantasías feministas de finales del siglo XX con la serie Sueños. Por otro lado, mujeres como Dorothea Lange o Cristina García Rodero, son destacadas fotógrafas documentales que emprendieron viajes hasta zonas remotas para fotografiar la pobreza, los pueblos indígenas, proporcionándoles dignidad con la esperanza de cambiar sus condiciones de vida.

Dorothea Lange realiza emotivas fotografías que son sobrecogedores documentos de las terribles condiciones de vida durante la Depresión norteamericana en áreas rurales donde los niños pasaban hambre y sus demacradas madres apenas podían vestirlos. Cristina García Rodero es una de las fotógrafas españolas con mayor reconocimiento, Premio Nacional de Fotografía en 1996, es conocida por sus instantáneas de fiestas tradicionales populares –tanto paganas como religiosas– en España, Europa, Latinoamérica y, en especial, en Haití, donde pasó años investigando y documentando los intensos rituales de vudú.

En el otro extremo del espectro se encuentran todas esas fotógrafas que optaron por prestar atención al mundo interior subjetivo en lugar de al mundo objetivo circundante. Ambos grupos realizaron obras que fueron no solo técnicamente avanzadas sino que se atrevieron a explorar nuevos territorios de la mente y las emociones. Una de las pioneras fue Claude Cahun, que realizó esquizofrénicas imágenes dobles de sí misma mirándose en un espejo y experimentó con otros métodos de distanciamiento. También es del máximo interés la fotografía de Diane Arbus, con sus retratos de personajes marginales. La alienación y el distanciamiento son el común denominador de las fotografías de Arbus, que se sirven de la psicología para entrar en el perturbador mundo interior de sus retratados.

La muestra nos acerca también al proceso de creación de Eva Lootz, Cristina Lucas o Cristina Iglesias, y la definitiva y radical forma de tratar la fotografía de Carmen Calvo, Premio Nacional de Artes plásticas en 2013, con sus máscaras, su espíritu inquietante y la superposición de técnicas. Al estudiar a las fotógrafas se encuentra en estas mujeres una valentía y voluntad extraordinarias a la hora de asumir riesgos y avanzar por caminos desconocidos, exponiendo tanto los miedos y las ansiedades como las posibilidades de las mujeres mientras rompen viejos tabúes y exigen una auténtica autonomía. Se ha escrito mucho sobre la “mirada masculina” que cosifica a las mujeres, pero nos preguntamos si existe la “mirada femenina”. De existir, está basada en una capacidad para enfatizar y comunicar las sutilezas de la intimidad y la emoción que tradicionalmente se han asociado con la capacidad de la mujer para mirar en las profundidades más que en las superficies de las cosas. Al trascender los tormentos y traumas personales, las fotógrafas nos brindan imágenes que son psicológicamente inquisitivas y técnicamente sofisticadas.

ExposiciónIVAM Centre Julio González

El Arte Iberoamericano ha tenido una especial presencia en la Colección del IVAM, siendo decisiva la presencia de Joaquín Torres-García, pionero en la articulación del Constructivismo de la Escuela del Sur. Entre los artistas vertebrales de los años treinta destacan Horacio Coppola y Grete Stern, a los que el IVAM les dedicó sendas retrospectivas lo que permitió que una selección muy importante de sus fotografías y fotomontajes formen parte de la colección. Otros grandes creadores latinoamericanos que se exponen son Wilfredo Lam o Roberto Matta, referentes fundamentales en la modulación del surrealismo en el “Nuevo Mundo”, Álvarez Bravo Chambi o Humberto Rivas.

Tras las modulaciones vanguardistas del arte latinoamericano se introducen las distintas tendencias del arte en la inflexión postmoderna, destacando figuras como Guillermo Kuitca, Eduardo Kac o Jorge Pineda. Recordemos una famosa declaración de Torres García: “He dicho Escuela del Sur; porque en realidad, nuestro norte es el Sur”. No se trataba únicamente de darle la vuelta al mapa sino de comprender y defender el Sur como un territorio de invención, desviación y resistencia, una zona simbólica pero, al mismo tiempo, real y fértil para el imaginario que no puede vivir permanentemente sometida al “colonialismo cultural” ni empantanada en el complejo de inferioridad. La revisión del territorio artístico latinoamericano a partir de las colecciones del IVAM no supone, en ningún sentido, realizar una inclusión “paternalista” ni de una reagrupación “estratégica” que finalmente podría reedificar la posición marginal.

Lo que esta exposición, con obras de artistas latinoamericanos vanguardistas y actuales, permite es visualizar territorios plurales de la creación y, al mismo tiempo, es una oportunidad extraordinaria para comprender que la subjetivación política y artística tiene que estar en la brecha, en ese territorio de incertidumbres y reconocimientos, de diáspora y diálogo, de conflicto y de entendimiento.

Después de la mirada

ExposiciónIVAM Centre Julio González

“La pintura de Rafa Calduch remueve ese fondo de sedimentos que nos mantiene fijamente en una cultura de la imagen y de las formas, para directamente remitirnos, despejados de todo dogma, hacia nuestra propia interioridad, y en ella, a nuestra libertad, a buscar en nosotros mismos y con nuestra propia experiencia de vida una cognición diferente de todos estos saberes acumulados y organizados desde las ideologías y desde las culturas. De una manera reflexiva interroga tanto la mirada del sujeto que mira, como la del propio portador de la mirada, en este caso del pintor. No tiene un particular mensaje que transmitir; lo que tiene es una experiencia plástica vital con todo lo que esto contiene de pieles. Todos los movimientos del pintor emprendidos desde el cuerpo: la mano, el brazo, los hombros, la espalda, el soplo… todos se dirigen hacia la mirada – carne del Otro. Podría parecer que buscan un contacto, y en el encuentro, una complicidad. La pintura parece descender en ella misma, hacia sus propios sedimentos, dejando en suspensión unos reflejos, a la manera de un juego de reverberaciones.

Este proceso físico ligado a la profundidad es especialmente discernible en la pintura que nos ofrece Calduch en esta exposición. Sus polípticos, realizados expresamente para este espacio del IVAM, no se basan en la imagen o el relato, no están en concurrencia o en competición con el espacio; la euritmia que los sustenta no nos resulta extraña, nos hace sentir unas sensaciones que llevamos en nuestros sentidos; sensaciones que nos regresan principalmente a la naturaleza: un cielo, una luz, una estación, una tierra, una brisa, aun un olor. Cada una de ellas nos restablece en nuestro cuerpo, en nuestra unidad como parte de este mundo. Cada pieza de sus polípticos, cada cuadrado, es originalmente autónomo y viene a integrarse sin oponerse y sin fraccionar el conjunto en el cual el artista, constituyendo voluntariamente un solo acto, le ofrece su lugar y una nueva dimensión.

Una dimensión de totalidad que hace que cada pieza pertenezca a la vez a la suma de todas las piezas que componen el políptico. Cada una de las fracciones, reagrupándose, se vuelve simultaneidad, acaparando de un golpe diferentes lugares en un mismo plano, y con el contenido de su particular intensidad continúa la interpretación de su propio papel, participando en el campo de fuerza y en la emisión de luz; un poco como un instrumento en una orquesta sinfónica, tocando en sintonía. Desde su fondo toda la obra se hace pulso. Onda arterial o pulsación que cada contracción, cada vuelta de la mano y de la materia vienen a provocar. El políptico se vuelve marea. No hay ninguna perspectiva posible para el ojo, tampoco centro, ni realmente borde donde mantenerse, nos encontramos en un universo de resonancias, en el interior de una suerte de órgano que respira, con su hálito y con la luz renovando permanentemente su oxígeno, que a la vez revuelve el orden en un juego de alternancia: la superficie permutando con el fondo y el fondo con el viso de la superficie.

En Rafael Calduch existe una satisfacción verazmente física en el acto de producir. Una alegría que conduce a este placer sensual y también juvenil de poner las manos en la pasta, en la arena, en el agua, en el barro. De sentir la materia entre sus dedos, de amasarla, labrarla, de extenderla, en el extremo encuentro del ser con la naturaleza, la nostalgia del movimiento primitivo de la mano al contacto con la materia y de la huella y del signo sobre la roca. El gozo ancestral y posesivo del cuerpo a la tierra y de la tierra al cuerpo. Calduch opera desde el cuerpo, y ahora añadiré que toda su actividad se vuelve un acto de asistencia, de participación; para festejar el hecho de existir. De obrar cada día, ocurra lo que ocurra, en su infinitud. El que mira su pintura debe antes de todo encontrar su propia mirada y no extraerla desde la mirada de la memoria; mira no para buscar: se entrega como se tiende desnudo en la hierba.”

(Extracto del ensayo Después de la mirada de Marek Sobczyk escrito para el catálogo de esta exposición)

Vertebrados

ExposiciónIVAM Centre Julio González

Nanda Botella es una creadora obsesiva, una trabajadora infatigable como demuestra la imponente instalación que ha compuesto para el IVAM, que confía en el azar que no es un “mecanismo” o una estrategia dada sino un proceso de producción de diferencias que, a su vez, tiene formas muy variadas. En sus pinturas y collages combina el signo y el garabato, la escritura y la mancha de color, lo textual y aquello que está cosido, la voluntad de totalización y el placer de la fragmentariedad, en una poética de las huellas que saca partido de los elementos repetitivos consiguiendo que surja lo inesperado. Podemos entender la estética de Nanda Botella como un collage de recuerdos y sueños, tanto en las piezas en las que literalmente aparecen objetos entretejidos con escritura y fragmentos de tela hasta la instalación de los ángeles (realizada en el Palau de la Música en 2012) que acaso sean interrogaciones de sueños que flotan en nuestra imaginación.

Nanda Botella nos invita a ingresar, desde los cuadros a las instalaciones, en una zona de especial luminosidad, surgida de un intenso propósito experimental. Es indudable que en su propuesta aparece una preocupación, constante, por el material, que va desde lo elemental a lo compuesto. La instalación realizada específicamente para el IVAM es una contundente materialización de deseo de Nanda Botella de implicar corporal y emocionalmente al espectador. Una estructura metálica sirve como “bastidor” expandido de una cantidad enorme de piezas de cerámica cocida realizadas una a una. Durante meses, Nanda Botella ha trabajado en una fábrica de Manises realizando esos elementos que rompen, una vez más con la rigidez geométrica, agujerados y sometidos a las marcas de los dedos, plegados y diferenciados para producir un efecto total de vida que se multiplica y transforma. La pintura se ha expandido para transformarse en un lugar vertebrado en el tenemos que encontrar un tiempo inaudito, hermoso, diferente.

La exposición de Nanda Botella Vertebrados presenta en la galería 8 una instalación realizada entre 2013 y 2014 compuesta por dos estructuras de hierro ensambladas y más de 4000 piezas de cerámica esmaltada que, a modo de cobertizo, invita al visitante a entrar y disfrutar de estos materiales y también del juego de luces y sombras que la cerámica proyecta en todo el espacio de la galería. Se incluyen también dos maquetas de esta misma obra y un políptico de técnica mixta sobre lino que refuerzan la pieza principal. En la explanada de acceso al IVAM la muestra se completa con una fuente creada por la artista ex profeso para esta exposición, donde los juegos de luces con el agua y el movimiento de sus piezas dan una idea de su potencial creativo.

Obediencias Íntimas

ExposiciónIVAM Centre Julio González

La Sala de la Muralla acoge este magnífico trabajo pluridisciplinar, resultado de muchos años de investigación en el inquietante mundo de la plástica, donde Ybarra nos comunica las impresiones de su inmensa sensibilidad, significada entre su alma y su intelecto, evocando paisajes estratificados de una estética añorada.

Ybarra inventa su propia luz, la redefine e imagina un mapa lleno de universos, para así invitarnos a un viaje sensorial que va desde lo infinitamente pequeño hacia el macrocosmos: viaje de ida y vuelta matizado de infinitas paradojas visuales donde tienen cabida todos los elementos de la creación, desde las mareas de guijarros basálticos en la brillantez de su negrura hasta las más curiosas constelaciones luminosas de firmamentos sensuales, pasando por los vibrantes fondos del océano Atlántico, en el cual podemos percibir gigantescas esponjas marinas, o, en esa misma mirada, descubrir una sorprendente nebulosa estelar. Decía Claude Monet en relación a su pintura lo siguiente: “El motivo es para mí del todo secundario, lo que primero quiero representar es lo que existe entre el motivo y yo”.

En torno al arte y la gastronomía

ExposiciónIVAM Centre Julio González

Con la presencia de artistas como el escultor Evarist Navarro, el cineasta Carlos Pastor o el fotógrafo y crítico Alfredo Argilés, bajo el comisariado de Juan Lagardera –editor gastronómico y gestor cultural–, Al Vapor se iniciará el próximo 18 de septiembre en la explanada del IVAM, donde se servirán más de 200 kilos de mejillones a cargo de Clóchinas Emilio y el restaurante La Sucursal (reconocido con una estrella Michelin). Ese día se invitará a todo el mundo a una degustación popular, cuyos restos, una vez higienizados con un potente lavavajillas industrial, serán utilizados por el escultor Evarist Navarro para llevar a cabo una instalación compuesta por cáscaras y dos toneladas de barro de gres.

Ese conjunto escultórico, junto a la filmación de la acción y su testimonio fotográfico, así como la composición de una mesa de comedor a cargo de la especialista Paloma Tárrega se exhibirán en una de las salas del museo hasta el próximo 9 de noviembre. Al Vapor pretende incitar a reflexionar sobre los vínculos entre arte y gastronomía. La performance prevista confrontará una comida popular con un escenario de alta retórica culinaria y artística en el interior del IVAM, del mismo modo que profesionales de la gastronomía se trasladarán al ámbito de la creación artística.

Al Vapor pretende generar todas las confrontaciones posibles entre el arte y la gastronomía, poniendo en evidencia la ambigüedad de los conceptos artísticos, el trasvase de sujetos y actividades entre un mundo y otro, muchas veces a través de exploraciones fronterizas.

ExposiciónIVAM Centre Julio González

La exposición reúne obras desde los pioneros como Fox Talbot o Atget hasta el presente en las que se muestran las distintas formas en las que la fotografía dibuja el fenómeno urbano. Están agrupadas siguiendo la poética y sugerente clasificación de Italo Calvino en “Las ciudades invisibles” en las que se relacionan las ciudades con los ojos, la memoria, el deseo, los signos, la sutileza, los intercambios y también se habla de ciudades escondidas o dobles.

La relación entre fotografía y ciudad nace en el momento en el que la cámara oscura se reduce y puede transportarse. A partir de ese momento, las otras artes se transfiguran, al tiempo que la fotografía genera un tipo de paisaje hecho con luz. Además de aportar un medio para catalogar todas las construcciones y los espacios que configuran la ciudad y la vida urbana, comienza a crear un lenguaje que transforma la manera de ver el entorno.

Las ciudades tienen vida propia, pero son también el escenario donde se desarrolla nuestra vida. La ciudad es una construcción social, naturaleza y paisaje que conceptualiza la fotografía. Esta sería la manera en la que se levantan los mapas del territorio urbano ordenado por la mirada del fotógrafo e intervenido por sus habitantes.

Como señala en su texto la comisaria Ana Lozano “El fotógrafo elige primero una interpretación del paisaje urbano, para después, con su cámara, reforzarla o modificarla a su antojo. Todas las ciudades son de pronto una sola, la que aspira al equilibrio entre los hombres, y de estos con entorno primigenio, la utopía del paraíso. Cada rincón de cualquier ciudad se muestra banal a los ojos del paseante, mientras resulta único e irrepetible en la cámara del fotógrafo”.

Los fotógrafos nos dirigen con la mirada al París de Atget, el Buenos Aires de Coppola o el Berlín de Basílico. Doisneau se permite jugar con el deseo, Baylón con la intriga de la desaparición. Los distintos fotógrafos nos llevan a multitud de sensaciones que recorren más de un siglo de ciudades de distintos continentes. Entre ellos podemos citar a vanguardistas como Catalá-Roca, Cualladó, Robert Frank, Zimbel, John Baldessari, Agustín Jiménez Espinosa, Franco Fontana, José Manuel Ballester, Grete Stern, Hermanos Mayo, Bernard Plossu y Gordon Matta-Clark, entre otros. Como excepción se ha elegido un pintor, Eduardo Arroyo, que aporta un óleo de gran formato en el que resume una visión fotográfica de la realidad urbana.