Pieter Laurens Mol

ExposiciónIVAM Centre Julio González

Pieter Laurens Mol (Breda, Holanda, 1946) presentó a finales de los años sesenta sus primeras obras que resultaron de una experimentación libre, de fuerte carácter renovador, con materiales simples y formas sencillas. Sus trabajos inscritos en la atmósfera del arte conceptual que subrayó en el objeto artístico su carácter de vehículo para la comunicación de ideas, o como medio de referencia a sucesos y situaciones exteriores a la representación en cuanto a tiempo y espacio: una nueva manera de hacer que utilizó soportes muy distintos (fotografía, manuscritos, cintas de vídeo…) para afirmar que la verdadera obra de arte no es el objeto físico producido por el artista, sino los conceptos o las ideas.

La exposición recorre la trayectoria de este artista generada a partir de formas híbridas que asocian la fotografía, la pintura, la escultura y la instalación, dejando entrever un deseo de diálogo con su propia tradición cultural y una percepción filosófica del mundo y de la función del artista.

Mol descubrió en sus comienzos la obra de Yves Klein, Piero Manzoni, Lucio Fontana y Marcel Duchamp (al que admiró por su capacidad de crear una dimensión metafísica a partir de los fenómenos más simples), al tiempo que estudiaba la obra de Brueguel, una de las referencias importantes de la cultura holandesa. Este conjunto de intereses denota la atracción de Mol por las posibilidades que surgen del encuentro entre lo contemporáneo y lo tradicional y, también, por la naturaleza de los materiales, en un intento de definir la tradición para emprender un desarrollo plástico dirigido, sin equívocos, hacia la modernidad. En consecuencia, el artista holandés analizó el vínculo de unión entre naturaleza y cultura que, en el transcurso del arte moderno, se ha traducido en una dialéctica entre naturaleza y abstracción.

Mol experimenta intensamente con materiales naturales (hierro, plomo, sulfuro, pólvora, alquitrán…) que aplicó a objetos comunes (embudos, zuecos, botellas…), que determinan el cambio de la forma lúdica e irónica de enfrentarse a la realidad de sus inicios a una opción estética y un compromiso personal marcado por una búsqueda consciente de lo bello y lo transitorio que, cada vez más, singulariza su trabajo.