Juana Francés
Juana Francés desarrolla su actividad artística a partir de la década de 1950, cuando en la España franquista empiezan a aparecer los primeros síntomas de renovación plástica. Vinculándose a los círculos vanguardistas que se reúnen en Madrid, Juana Francés fue el único miembro femenino de El Paso, grupo que nació bajo la influencia del expresionismo abstracto americano, de su violencia gestual y matérica. Sin embargo, abandonaría el grupo en 1957, precisamente debido al menosprecio de su arte y de su condición femenina por parte de algunos de sus compañeros, en una época en la que el arte era todavía una parcela dominada por los hombres.
Hasta 1960 Juana realizó obras en las que agregó diferentes texturas, colores sobrios —negros, blancos y tonos tierra— y nuevos materiales tales como las arenas de río. Desde 1963 y durante casi veinte años, produjo su serie El hombre y la ciudad para describir un entorno humano angustioso y agobiante producto de la creciente industrialización y del desarrollo económico que se dio en la España urbana tras la aplicación del Plan de Estabilización de 1959. Posteriormente, en los años ochenta, la artista vuelve a la abstracción, realizando entre 1986 y 1990 (año de su muerte) sus series Fondos Submarinos, Cometas y Escudos, donde experimentó de nuevo con la materia y el gesto con la intención de traducir al soporte el movimiento, inspirándose en el cosmos o el mundo de las profundidades del mar y utilizando el círculo y el rectángulo como protagonistas.
Esta exposición trata de desmenuzar y profundizar en los distintos fragmentos de la trayectoria artística de Juana Francés a través no solo de sus propias palabras y escritos, sino del estudio y seguimiento de su proceso creativo. Proporciona, por lo tanto, una visión más íntima y personal de la artista, mientras recupera la memoria de sus exposiciones, enmarcando su obra en la tabla del tiempo de nuestra propia historia.