Jasper Johns

Las huellas de la memoria

ExposiciónIVAM Centre Julio González

El IVAM presenta una exposición del pintor, escultor y artista gráfico Jasper Johns (Allendale, Carolina del Sur, 1930), una de las figuras más importantes del arte de mediados del siglo XX, a quien se le ha otorgado recientemente el Premio Internacional Julio González de la Generalitat Valenciana.

La exposición tiene un carácter retrospectivo especialmente consagrado a la escritura, un tema recurrente en su obra. Los símbolos tipográficos protagonizan esta selección de pinturas y grabados. Jasper Johns pintó símbolos familiares como dianas, banderas estadounidenses, números y letras 2 del alfabeto. Símbolos que estaban en el imaginario popular, pero renovados en su propio estilo aplicando gruesas capas de pintura para que el propio cuadro se convirtiera en un objeto y no sólo en la reproducción de objetos reconocibles. Esta idea de arte-como-objeto se convirtió en una poderosa influencia en la escultura y la pintura posteriores y ha sido especialmente significativa para la historia del arte estadounidense.

Jasper Johns es indiscutiblemente uno de los artistas de primerísimo plano contemporáneo. Investigador incansable, que en sus inicios reaccionará contra la abstracción lírica y el expresionismo abstracto, se mantiene fiel a un cierto estetismo y extrae su inspiración de la historia del arte. Al ampliar los límites, pone en su obra sus raíces, las de la humanidad, sus conocimientos y su gusto por el pasado. Retomando la reflexión de un historiador del arte, es uno de los últimos pintores americanos que conserva “un perfume de la vieja Europa”.

Si actualmente se le reconoce como una figura del arte incontestable y emblemática, la obra de Jasper Johns, que representó un papel determinante en el nacimiento del Pop Art y sus consecuencias, está en el origen de muchas otras innovaciones en el terreno de las artes plásticas. Considerado como el promotor del neo-dadaísmo, no obstante, es inclasificable. Por su propia creatividad y esa especie de perfeccionismo que le convierte en un extraordinario artesano, Jasper Johns no deja de interrogarse sobre la función de la pintura, sobre el papel intermediario de un producto que cuestiona y afecta la sensibilidad del espectador. Trabajador infatigable, posee esa fuerza impresionante que le hace cuestionarse constantemente a sí mismo y ese “sentimiento muy profundo” que evoca Eugène Delacroix en su diario, “para mantener la originalidad de su pensamiento a pesar de las costumbres a las que el mismo talento tiende a abandonarse.”