José María Yturralde
Hathor
Esta obra, titulada Hathor (que toma el nombre de una Diosa egipcia), pertenece a la serie pictórica Enso, caracterizada por representar formas circulares y que llevo desarrollando desde 2015. El círculo y su extensión tridimensional, la esfera, con infinitos matices, son parte de la naturaleza y de todas las culturas donde históricamente ha mantenido una trascendencia mágica. Ambos simbolizan la perfección y sus efectos, como el cielo cósmico o sus movimientos cíclicos.
En la Grecia antigua se distinguía entre «figura», aquello que se ve y se percibe, y «forma», que era invisible y se captaba con la mente: el Eidós platónico, la idea, noción, espacio, género, etc. En griego, el término «idea» proviene del verbo ver (eidón). Así, en la cultura occidental la forma pictórica como elemento expresivo artístico nos ha permitido llegar a lo que llamamos abstracción, entendido como un desarrollo mental absolutamente lógico.
Durante un largo periodo trabajé en torno a la idea de la nada y del todo, disolviendo estructuras geométricas de etapas anteriores. Indagué en el pensamiento Zen a partir de la máxima «La forma es el vacío, el vacío es la forma», que quizás nos lleva más lejos. Y esta forma, junto con el color, serían para mí —en su acepción más emotiva y orgánica— la condición esencial para trascender la entropía; que es como decir «fluir con la vida». Fascinado por la pintura característica del budismo zen, y especialmente con su visión del vacío, indagué en el concepto enso (círculo en japonés) por el simbolismo de infinitud que proyecta y por su intención de liberar la mente para llegar a lo esencial. Asimismo, implica una componente de imperfección deliberada, casi necesaria, que posibilita el cambio y la trascendencia.
Enso es un modo de iluminación, un ejercicio espiritual, y simboliza el universo, el vacío, la infinitud…. Mi acercamiento a este concepto es subjetivo y relativo, pues pertenezco a la cultura occidental; desde esta me expreso y a través de ella busco los valores místicos y sagrados que son comunes a todos los seres humanos y están presentes en todas las culturas. Los ensos representan para mí, con su inmensa sencillez —mayor aún que un haikú— la imperfecta perfección del momento presente.
José María Yturralde