Alberto Corazón
Obra conceptual, pintura y escritura
La exposición retrospectiva que el IVAM dedica a Alberto Corazón revisará su producción desde los años setenta hasta la actualidad, a partir de ochenta y cuatro pinturas, esculturas y obras conceptuales que serán mostradas al público. A pesar de ser considerado uno de los artistas pioneros del conceptual español, este ciclo de su obra es insuficientemente conocido, sin que haya podido verse de nuevo aquellas aportaciones experimentales y renovadoras de nuestro arte.
Desde sus comienzos, Corazón compaginó la producción artística con su actividad profesional de diseñador gráfico, primero, e industrial después, sin duda, una de las personalidades de nuestro país más innovadoras y relevantes en este campo. Las transferencias de planteamientos teóricos y de recursos formales entre el diseño y la actividad creativa han sido permanentes en su producción, caracterizada por la autorreflexión y la integración de conocimientos interdisciplinares. Las prácticas desmaterializadas que Alberto Corazón desarrolló en la primera mitad de los setenta, coincidiendo con lo que difusamente se denomina conceptual español o, quizá con más precisión, nuevos comportamientos artísticos en el ámbito de la posvanguardia, están vinculadas a la profusión de imágenes producidas por la emergente sociedad de la comunicación, apoyada en las nuevas oportunidades de reproducción mecánica y los consumos masivos.
Corazón parte de repertorios iconográficos de los mass media, que reelabora mediante un singular vocabulario expresivo en el laboratorio —acentúa tramas y líneas, apura contrastes de positivo-negativo, integra texto y fotografía….— mientras conceptualiza los contenidos visuales, a partir de la base teórica proporcionada por los estudios semiológicos y las teorías de la comunicación y la información. Le conduce un doble propósito: reconocer, por un lado, la avalancha de imágenes difundidas por la prensa como un acontecimiento de época determinante para el arte; y, por otro, relacionar tanto las rupturas lingüísticas plásticas como la descodificación crítica con la necesidad de mantener una nueva relación con esas imágenes cotidianas, banales, no autorales y de mala calidad.
La aportación a la cultura española que, en el ámbito de la dictadura, pugnó por abrir cauces de resistencia y sensibilidad democrática, no sólo la realizó Corazón desde el campo del arte, sino también desde las iniciativas editoriales y de producción y difusión de conocimiento, conectadas con las nuevas prácticas. En sus realizaciones gráficas, verdaderamente singulares en su época, se aplicarán fórmulas lingüísticas de sus investigaciones conceptuales, mientras que la línea editorial de las publicaciones difunde contenidos humanísticos, sociales y políticos progresistas e inéditos en España.
Alberto Corazón reflexiona sobre la relación entre dibujo y color, representación y arquetipo, construcción eidética y fórmulas retinianas. Da continuidad a sus planteamientos sobre la percepción y la iconografía, al tiempo que, en el marco de una pintura culta, aborda problemas de composición estrechamente vinculados a la identidad icónica del género y a su comprensión. Sus últimos bodegones, ampliamente representados en la exposición, encarnan una pintura sostenida sobre la efusividad cromática, la objetualidad y la libertad en la organización de las figuras.