Reina por un día, 1964
Linograbado sobre papel, 1/30
64,2 x 85,8 cm
Rafael Martí Quinto (Mislata, 1939)
1964 fue un año muy especial. En realidad, cualquier año también lo puede ser de alguna manera, pero este en concreto, el de 1964, fue el que señaló Andy Warhol en POPism -el libro de sus memorias- como el año en el que el mundo rejuveneció. Los Beatles realizaban su tour por los Estados Unidos arrancando suspiros y lloros a sus millones de fans, y un grupo de artistas pop jugaba perversamente al trampantojo con el público mezclando obras de arte con productos frescos y enlatados de verdad en la exposición American Supermarket. La Feria Mundial de Nueva York por su parte, exploraba el día del mañana con la muestra Futurama II, un evento que incluía, entre otras curiosas atracciones, un hotel en el que pasar las vacaciones debajo del mar.
En España el General Franco intentaba reverdecer el país con la pomposa y sonriente celebración de los XXV Años de Paz, mientras las mujeres de clase media acudían en tromba a los primeros centros comerciales a adquirir electrodomésticos. Las jóvenes que no podían permitirse tal desembolso no tenían más remedio que solicitar su participación en el concurso de RTVE Reina por un día, la primera fábrica televisiva en España de sueños edulcorados.
Este grabado de Rafael Martí Quinto, que ridiculiza la manipulación grotesca de las ilusiones de la mujer de clase trabajadora por parte de los responsables del popular programa, fue realizado con motivo de la creación, en el verano de 1964, de Estampa Popular de Valencia, un colectivo de artistas que incorporaría por primera vez en nuestro país algunos de los presupuestos del arte Pop como peculiar estrategia para la consecución de un arte combativo al servicio de la lucha contra el franquismo y la transformación social.