DOSSIER DE PRENSA IVAM PRODUCE

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Tras varios estudios de intervención. Un par de elevadores. Un paso entre dos puertas. Un lugar de paso entre dos tramos de la escalera que une dos de los diversos pisos…, finalmente dimos con la idea de intervenir el primer tramo de la magnífica escalera que surge del suelo del gran vestíbulo de entrada y recepción del edificio del IVAM.

Tiene este tramo de escalera tres metros de ancho y una barra de metal reluciente central que lo divide en dos partes, una para ascender y otra para descender. Consta de 18 escalones. Y el frente de todos ellos, en su parte exterior, nos muestra una lucecita a derecha y otra a izquierda. La amplitud del vestíbulo, con la altura propia de un lujoso lugar de encuentros, de tres alturas, y la brillantez del material de suelos y paredes conceden al entorno solemnidad y tranquila parsimonia al ocasional transeúnte que tenga que atravesar y ascender o bajar por esta escalera, especialmente en este tramo que une el suelo a la altura de la calle, presente por la luz que los amplios ventanales de cristal conceden al interior, y por la armónica anchura de un subir que se antoja bien ordenado entre lo recto y ese elegante circunvalar de los pretiles con los que la vista hacia arriba nos regala.

Tras considerar diversas opciones, optamos por intensificar suelos y alturas del visitante ocasional. Dos, pues, van a ser los lugares intervenidos, a saber:
a) Será el suelo el que se enriquezca con un brotar sd sonidos/ruidos bien característicos que un artilugio tecnológico apropiado nos proporcione. Es aquí dónde pondremos el énfasis de nuestro intervenir.

b) Decidimos intervenir con ‘campanas’ colgantes los bordes superiores de las paredes que la arquitectura envolvente nos pone a mano. Unas campanas estas que tan solo nos darán entorno, no sonido. Reforzarán el sonar del suelo, por sinestesia, por cercanía.

48 publicaciones es el título de un estudio en torno a una biblioteca de arte contemporáneo que tiene en su casa un amigo. Gracias a su amistad y generosidad tengo acceso a su colección de libros. Así que un buen día le propongo que me gustaría hacer una selección de esas publicaciones para: 1. Hacer unas pinturas reproduciendo sus cubiertas. 2. Dibujar con lápiz algunos aspectos de su contenido.

La selección empieza en los años sesenta con Ed Ruscha y artistas de Fluxus que hicieron hincapié en el libro de arte como objeto autónomo. Siguen algunas publicaciones de artistas conceptuales, fotolibros, poemarios y otros textos publicados hasta hoy. He de decir que la selección es absolutamente subjetiva por mi parte y no pretende fijar ningún devenir histórico preciso. Me he guiado más por ciertas afinidades, aunque he renunciado a muy bellos catálogos de pinturas que tanta influencia han tenido en mi quehacer, pues se alejan de la premisa de partida; las pinturas habitan mucho más elocuentes en las paredes que en las reproducciones de los libros. Se da la paradoja de que llevo a la pintura y el dibujo técnicas que, como dije al principio, uso para las reproducciones, un arte en principio más alejado de ellas. Del dibujo no tanto…

Mi esperanza es que la colección de cubiertas, que al final resultan ser 48, funcione como un campo, puede que algo disperso, incluso con subgrupos, pero un solo campo. La manera de mostrarlo dependerá del espacio donde se exhiba. La colección de dibujos, ante la imposibilidad de mostrarlas físicamente por su amplitud, de momento se me ocurre que se pueda ver a través de una proyección, foto a foto, adquiriendo de este modo un tono de documento y archivo.

Propongo también la posibilidad de acompañar las dos colecciones con un par de vitrinas que muestren el proceso de realización de cada una de ellas.

En noviembre de 2002, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales adoptó la Observación General n.º 15 sobre el derecho al agua. El artículo I.1 establece que “El derecho humano al agua es indispensable para una vida humana digna”. La Observación n.º 15 también define el derecho al agua como el derecho de cada uno a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para su uso personal y doméstico.

En un momento de pandemia global en el que se nos repite hasta la saciedad la importancia de la higiene y el distanciamiento social, nos preguntamos qué pasa cuando esto es una imposibilidad. Volvemos la mirada a los campos de refugiados situados en las fronteras de Europa donde malviven hacinadas miles de personas y establecemos contacto, como en proyectos anteriores, con activistas que están trabajando sobre el terreno. En la frontera turco-siria, en la región de Idlib, se desarrollan en la actualidad varios proyectos de ayuda humanitaria en los que colabora una pequeña organización valenciana de activistas independientes. Una de las acciones que están llevando a cabo consiste en la compra y distribución de tanques de 1000 litros para abastecer de agua, de forma regular y continuada, a los campos y asentamientos irregulares de la zona.