Dosier Teresa Lanceta. Tejer como código abierto
Teresa Lanceta. Tejer como código abierto recorre la trayectoria de la artista, pionera del arte textil contemporáneo en España, desde los años setenta hasta la actualidad a través de 150 obras, incluyendo una amplia selección de sus tapices, lienzos, pinturas, dibujos, escritos, audios y vídeos. Se trata de la mayor retrospectiva dedicada a la artista que, tras su paso por el Macba, se expone en el IVAM hasta el 12 de febrero de 2023.
Junto a su obra la muestra explora el interés de Lanceta por formatos colaborativos a partir del diálogo que establece con una serie de cómplices, entre los que se encuentran los artistas Olga Diego, Pedro G. Romero y Xabier Salaberria; la comisaria Leire Vergara; el colectivo La Trinxera; la cineasta Virginia García del Pino; el artista y pensador Nicolas Malevé y el instituto de secundaria Miquel Tarradell, con quien lleva años desarrollando el proyecto Los oficios del Raval.
El acto de tejer es para Teresa Lanceta un arte ligado a la vida porque el textil es un lenguaje que no solo cuenta historias, sino que construye mundos. Para ella, tejer se formula como un código abierto de ruptura y repetición desde el que leer, transformar y transmitir un conocimiento que es siempre complejo y plural. Se trata de un conocimiento «técnico», de una téchne, que depende de un contexto geográfico, cultural y humano determinado, sea este el barrio del Raval en Barcelona –en el que Lanceta vivió– o el Atlas Medio –que frecuentó anualmente durante tres décadas. Lugares a los que Lanceta regresa movida por su interés por el trabajo de las mujeres, a través de la comunicación no verbal de historias y afectos.
En la práctica de Lanceta se observa la construcción de una narrativa popular que se asemeja a la que recoge Anni Albers en su libro On Weaving (1965), sobre su andadura por varias comunidades mexicanas. Como Albers en Monte Albán (Oaxaca), Lanceta reconocía en el Atlas Medio las técnicas tradicionales a las que también se sentía próxima, que miran lo popular, lo ancestral, la cotidianidad de lo sensible y se acercan a la representación matérica de lo intangible.
La exposición no sigue un orden cronológico, sino que propone una aproximación a una serie de proyectos que va hilvanando una narrativa con la intención de fijar la voz de la artista. El punto de partida es una primera sala donde se presentan piezas de gran formato suspendidas, como flotando en el aire, realizadas desde los años setenta hasta la actualidad. A partir de esta introducción la exposición se organiza en cinco salas y su recorrido se ordena a partir de parejas de conceptos, en otro tiempo antagónicos, presentes en la producción de Lanceta: colectividad y autoría, tradicionalmente entendidos desde una visión exacerbada de lo individual; remediación e historia, esto es, la capacidad de negociar pasados todavía presentes que incomodan; performatividad y materia, que sitúan las labores en un espacio de experiencia común de cuerpos y objetos que reconocen el cuidado en el trabajo; y, finalmente, oralidad y biografía, que ponen de manifiesto las enseñanzas feministas según las cuales el arte es una práctica de vida. En este sentido, el trabajo de Lanceta es un trabajo memorable: su potencial crítico reside en su capacidad para construir memoria.