Missions secrètes, 1953. Óleo sobre lienzo. 89 x 116 cm
JEAN DUBUFFET (Le Havre, Francia, 1901-París, 1985)
La vocación artística de Jean Dubuffet se manifestó tardíamente y uno de los revulsivos que marcaría su producción, tanto plástica como escrita, fue la segunda guerra mundial que asoló Europa y que fue entendida por él, y por muchos otros, como el fracaso de la cultura occidental. Así pues, y como bien explica Baptiste Brun, especialista en la obra de Dubuffet y comisario de la muestra Jean Dubuffet. Un bárbaro en Europa (9 de octubre de 2019 – 16 de febrero de 2020), uno de los objetivos del artista era construir una nueva sociedad cambiando sus parámetros culturales y reivindicando la figura del hombre común, en contraposición con unas elites que habían llevado al continente europeo al desastre por segunda vez en menos de treinta años. Este objetivo no implicó, sin embargo, que Dubuffet no hiciera un profundo análisis de la cultura, tanto occidental como de otros lugares del mundo, y que no se rodeara, como bien hizo, de intelectuales, artistas, escritores, editores o psiquiatras, en su búsqueda de un modelo de cultura que se deshiciera de prejuicios y estereotipos y recuperara la esencia de lo humano, en todas sus facetas.
Missions secrètes (1953), actualmente expuesta en la muestra del IVAM Tiempos convulsos, fue adquirida hace más de veinte años y forma parte del amplio fondo del IVAM dedicado a los Informalismos, obras que el público ha podido contemplar tanto en el IVAM como en otras instituciones. Pertenece a la serie de los paisajes matéricos de Dubuffet en los que el artista destruye deliberadamente el concepto de cuadro como ventana al subvertir las leyes de la perspectiva tradicional. Los paisajes son muros en los que, en palabras de Baptiste Brun e Isabelle Marquet: Dubuffet recurre “al uso de materias primas naturales, brutas, que mezcla en composiciones en las que la figura y la materia se confunden, del mismo modo que sus personajes se funden en los paisajes, desafiando así la costumbre de la mirada”.
En estos momentos de crisis nos encontramos en una situación de incertidumbre. Si bien el lenguaje bélico abunda, y gusta, esto no es una guerra; afortunadamente, no hay en nuestras sociedades europeas una serie de seres humanos esforzándose al máximo para asesinar o hacer desaparecer a otros seres humanos. Sin embargo, sí hay una forma de vida en crisis y que está mostrando, en los momentos difíciles, todas sus carencias a la luz cruda de una emergencia sanitaria sin precedentes en las últimas décadas.
Al igual que Jean Dubuffet tomó el testigo de una sociedad en ruinas para apostar por nuevos valores, éste puede ser un momento apropiado para la reflexión personal sobre los valores que sustentan nuestra sociedad, ahora conmocionada por un presente de emergencia que ha trastocado toda normalidad, y conmocionada también por un futuro incierto, y para decidir qué valores nos representan como seres humanos y de qué manera nuestro comportamiento y nuestra forma de vida pueden contribuir a hacer realidad esos valores.
Marta Arroyo Planelles. Conservadora