Ignacio Pinazo y la acuarela
Dentro de la serie de exposiciones que el IVAM ha organizado para mostrar desde diferentes perspectivas la obra de Ignacio Pinazo (1849-1916), Pinazo y la Acuarela, es la primera que estudia con profundidad una faceta técnica de su obra sobre la cual apenas se había reparado en los trabajos dedicados al artista. La muestra, que reúne más de 60 obras, en su mayoría inéditas, incluye manifestaciones que ilustran los inicios del pintor en el lavado o dibujo realizado con una sola tinta de color. Gracias a ello, puede seguirse la evolución del artista valenciano en estas prácticas de pintura al agua, desde sus incipientes incursiones en las que asoman los patrones barrocos de los prototipos lavados, hasta alcanzar la máxima pureza en sus acuarelas.
La exposición se estructura en: asuntos religiosos, academias y desnudos, historia goyesca, vistas y semblantes italianos, retratos de mosqueteros, figuras regionales y escenas del mundo rural, temas africanos, y estudios de flores, animales y arquitecturas.
Pinazo, al igual que otros grandes creadores artísticos, trató los mismos temas de sus óleos en sus acuarelas y lavados de tinta. Asimismo entreveraba sus creaciones al óleo con estos sistemas al agua. Muchas de las veces optaba por la acuarela para la producción de obras de esparcimiento o alivio de los trabajos de encargo, recurriendo igualmente a la misma en pos de los bocetos, apuntes y estudios preparatorios de sus lienzos, pues si la pintura de síntesis y el pequeño formato siempre casaron bien con la acuarela, ésta fue, sin ninguna duda, uno de los recursos artísticos entre los que contó, desde el principio de su carrera, el maestro valenciano.
Habría pues que considerar a Ignacio Pinazo uno de los representantes más brillantes de la acuarela local, y no únicamente el ejemplo de un pintor capaz de dominar las técnicas al agua sobre papel. Es así como él y otros artífices valencianos, junto a figuras de renombre internacional como Mariano Fortuny, ennoblecieron con sus continuos esfuerzos la acuarela española ajustándola a la misma categoría de otras técnicas, circunstancia que desembocó en un nuevo apogeo de la acuarela en nuestro país, provocando la germinación de nuevas Asociaciones, Academias y un considerable incremento de entusiastas cultivadores de la misma.