André Derain
Esta exposición organizada por el IVAM y coproducida con la Fondation de l’Hermitage de Laussanne, es la más importante realizada hasta el momento en España. Esta muestra contiene alrededor de cien obras de todos los periodos de su trayectoria, e incluye pinturas, dibujos, litografías y una importante cantidad de esculturas. Los últimos estudios sobre la obra de Derain han podido demostrar que su obra escultórica, durante mucho tiempo infravalorada, fue en cambio fundamental para el desarrollo de su carrera artística. Esta muestra es, por lo tanto, una ocasión única de exponer al público un montaje donde se ilustran las complejas relaciones entre todas las técnicas utilizadas por Derain para desarrollar su discurso estético.
André Derain (Chatou, 1880-Garches 1954) fue uno de los máximos exponentes del fauvismo. Muy pronto abandonó la carrera de ingeniero para dedicarse totalmente a las artes plásticas. Entre 1896 y 1898 estudió en la Academia Carrière donde conoció a Matisse, con quien le uniría una larga amistad. Dos años más tarde conoció a Maurice Vlaminck y compartió con él un estudio en Chatou. En 1901 ambos sufrieron una fuerte impresión al contemplar la obra de Van Gogh. El deseo de Derain de seguir una formación académica tradicional acabó por distanciarle de Vlaminck. Tras un viaje a Londres, Derain volvió a París, donde conoció a Braque y a Picasso. El inicio de su obra pictórica está marcado por la indicación de Vlaminck de “pintar por instinto”. En sus lienzos aparece el color puro, saturado, aplicado en grandes superficies, sin claroscuro, sin sombras. En 1905 sus obras, junto con las de Vlaminck, Matisse, Van Dongen o Rouault, recibieron el calificativo de fauves antes incluso de que el grupo se hubiera formado como tal. En su época fauve, Derain supo conjugar la radicalidad de sus planteamientos con un refinamiento natural en él. Sin embargo, pronto comenzaría a dudar de las posibilidades del movimiento fauve. Su interés por el cubismo y por el arte africano recuperado por Picasso fue en aumento.
Su estudio de la tradición artística clásica europea, así como del arte primitivo, dotó de numerosas influencias a su obra y aplacó progresivamente su estilo salvaje de los primeros años. Derain fue uno de los máximos representantes del denominado por Cocteau “retorno al orden” del periodo de entreguerras. Su pintura abordó todos los géneros: el desnudo, los paisajes y las naturalezas muertas. Su producción escultórica, iniciada tempranamente, se intensificó durante la primera guerra mundial en forma de máscaras talladas en el cobre procedente de los restos de armamento. A partir de 1939 se dedicó con mayor entusiasmo a la escultura, reflejando en sus obras su interés y su estudio de la estatuaria arcaica y del arte africano, en su voluntad de crear una síntesis propia de los grandes estilos del pasado. El comisario de esta muestra es el especialista Rudolph Koella.