Francis Picabia

París, Francia, 1879 - París, Francia, 1953

Autor

FRANCIS PICABIA (FRANÇOIS MARIE MARTÍNEZ PICABIA)
París,(Francia) 1879 – Paris, (Francia) 1953  

Estudia en la Escuela de Artes Decorativas, no sin ciertos reparos de su círculo familiar, que gozaba de una posición acomodada. La amistad que traba con la familia Pisarro en 1902 le lleva al “plenairismo”, desarrollando un impresionismo heterodoxo, que triunfó en los salones oficiales franceses y ciertos circuitos alemanes y británicos, con los que rompe en 1908 tras ser introducido en las teorías de la correspondencia por Gabrielle Buffet. El contacto con Duchamp, Apollinaire y las tertulias de los domingos de Puteaux le alinean con los partidarios de una nueva estética que supere el cubismo. En la exposición la Section d’Or de 1912 presenta algunas obras que sugieren la línea radicalmente abstracta que adoptará tras su viaje a EE.UU., con motivo del Armory Show, y que quedará sistematizada con los estudios psicológicos que realiza a partir de 1914. La guerra le devuelve a América, donde hace sus primeros anti-dibujos, (retratos-máquina y obras mecánicas). En 1916 reduce su producción plástica, pero no así su actividad como poeta –que intensifica- y editor, que desarrolla en EE.UU., Barcelona –donde publica 391- y Zúrich. En 1919 escandaliza con las máquinas expuestas en el Salon d’Automne, antesala de los acontecimientos que se sucederán cuando, junto con Tzara y Breton, active la facción parisina del dadaísmo.

En 1922 regresa a la pintura figurativa. En el último número de 391 formula el instantaneísmo, con el que desea mantener vivo el espíritu dadá, y que plasma en un ballet –Relâche, con la colaboración de Erik Satie y Jean Börlin- una película –Entr’acte, con René Clair y Satie- y un espectáculo denominado Ciné-Sketch. Desde 1925 vive en la Riviera francesa, donde se convierte en un irreverente animador de la alta sociedad y traduce pictóricamente el instantaneísmo a través de sucesivas series que toman prestada su iconografía de la historia del arte y la mitología: Monstruos (1925), Transparencias (1927-33) y alegorías. Cierra su etapa figurativa durante los años de la Segunda Guerra Mundial, con una serie de ambiguos Desnudos fotorrealistas, que han querido verse como precedentes del pop.
Tras la guerra regresa a París, donde vuelve a las sendas de la abstracción, a través de la que se relaciona con los componentes de la non-figuration psychique. En 1949 recibe un gran homenaje en la retrospectiva que con el título 50 ans de plaisir se celebra en la Galerie René Drouin de París.