Si el meu cos esta nit parlara. El Conde de Torrefiel
En el marco de "Un contínuum común indefinidamente liso. Proyecciones sobre la contemporaneidad en la colección del IVAM"
Si el meu cos esta nit parlara es una pieza bailada, una aproximación desde la práctica escénica a la exposición Un continuum común indefinidamente liso, de Diana Guijarro, en el IVAM de Alcoi. Esta pieza site specific de la compañía recoge la invitación de la comisaria a observar con ojo caleidoscópico los conceptos de tiempo y contemporaneidad encriptados en los objetos que habitan esta muestra.
Todos y cada uno de los millones de objetos que aparecen sobre la superficie de la tierra guardan una historia propia, poseen un relato único, tienen algo que contar. Tanto los objetos originales como los replicados y mercantilizados, esconden secretos de su contemporaneidad, han escuchado las lenguas de su tiempo, poseen una certeza arraigada al espacio y contexto donde aparecieron, desde el exclusivo y único Guerrer de Moixent creado en el siglo V a.C. hasta un multiproducido Tamagotchi creado industrialmente en el año 1996.
Cuando añadimos a este objeto la cualidad de obra artística, su historia se hace todavía más compleja dentro de su fantasmagoría.
Si cosificaramos a una persona, si le impidiéramos hablar y moverse espontáneamente, si tratáramos un cuerpo como si fuera un objeto más colocado para articular una exposición, ese cuerpo se revelaría única e inevitablemente en su propia imagen; un cuerpo sin voz propia, que emana un imaginario, unas sinergias y asonancias. Ese cuerpo enmudecido, como si de se tratara un enigma, encierra experiencias, preguntas, memoria y, en definitiva, una historia. Y la imagen de ese cuerpo entraría en diálogo con sus espectadores que solo pueden escucharlo con la mirada.
No es habitual ver en un museo un cuerpo vivo como objeto a contemplar. El espacio destinado para observar cuerpos vivos y cosificados es el teatro. El Conde de Torrefiel propone la observación de un cuerpo en movimiento, que narra sin hablar y que, al atravesar la escenografía accidental que le proporciona la exposición comisariada por Diana Guijarro, construye automáticamente otra imagen, otra historia posible.