Pierre Soulages
40 años de pintura
La pintura de Pierre Soulages (Rodez, Francia, 1919) ha sido testigo de una gran cantidad de avatares desde su primera exposición en París en 1947. Y su mirada como autor parece recoger lo que de existencial tiene el paso del tiempo, reflejado en los actos mínimos —aunque nada inocentes— que supone pintar cuadros. Esta muestra de 1989, en el IVAM Centre Julio González, venía precedida de su exhibición en el Museum Fridericianum de Kassel, una ciudad que acogió sus obras en las tres primeras ediciones de Documenta, entre los años 1955 y 1964.
El trabajo de Soulages, abstracto y expresionista, se ha vinculado con lo que se denominó el tachismo, una tendencia que mostraba y se exponía a través de la aparente negación de lo dicho, o de lo no dicho. Tachar implica ocultar algo anterior que no desea verse o que es un error enmendable; pero en el caso del pintor francés, los tachones mostraban, de alguna manera, el miedo al vacío. Siendo en cuanto que tachones, emergían como pinturas.
A partir de los años sesenta, y solo interrumpido en la siguiente década donde vuelve a las composiciones rítmicas, la pintura de Soulages es eminentemente negra. El negro marca un territorio donde el color se resuelve como tensión entre trazos; donde los rastros de las pinceladas dejan entrever la luz que intenta surgir, representarse, buscar referentes. Buenos ejemplos de esta intención son las obras de gran formato, como 14 Août 1979, conformada como un único trazo de casi tres metros de longitud. Olvidado durante un tiempo, esta muestra ayudó a recuperar su figura crucial dentro del arte abstracto europeo, cuya obra recupera cánones clásicos, pasados a su vez por la pátina oscura y sincera del existencialismo.