Dosier ‘Trascity. Alberto Feijóo’
El proyecto Trascity de Alberto Feijóo (Alicante, 1985) propone un espacio físico y mental en la sala de un museo. Un espacio construido a partir de una serie de estancias y otras tantas configuraciones de imágenes y objetos. Un ensamblaje por el que podemos deambular de manera distraída, o su reverso, concentrarnos en su densidad, descubriendo en cada uno de los espacios configuraciones diversas que nos hacen pensar en las distintas formas de habitar un mundo: réplica de algo que sucede en el exterior, lugar de trabajo, punto de encuentro, espacio en construcción, archivo de imágenes o un trastero de obras y objetos del pasado.
Trascity hace referencia a un lugar físico, un local comercial de alquiler de trasteros de Alicante, que está situado en la calle donde el artista reside. Sin embargo, es también un espacio mental: trash es una de las maneras de nombrar a la basura en inglés, y tras- es un prefijo que significa lo que está detrás, o lo que viene después. Trascity sería entonces, literalmente, lo que está detrás de la ciudad y, metafóricamente, se referiría a sus desechos, a lo que dejamos atrás. Es, en este caso, un nombre propio de un territorio íntimo que denominamos genéricamente trastero: una versión fría y anónima de otrora ese lugar cargado de encantamiento burgués que era el desván, siempre cerrado, esperando la llave que iniciaba el movimiento de la mente (llave que aparece en la exposición en forma de pegatina, como potencia intrusa). El trastero es el mundo de las cosas, de esos objetos que han perdido su función primera. Cosas que son materia vibrante, que viven una vida distinta, propia y ajena a los hábitos y proyectos humanos, resistentes a la normalización de lo ordinario.
Multiplicidad, diversidad, mutabilidad y continuo desplazamiento es lo que nos ofrece el artista en esta exposición, estableciendo procesos de identificación múltiples que nos permiten pensar la avalancha de imágenes que nos conforma y ocupa nuestros cuerpos desde diversos puntos de vista. Alberto Feijoó es artista visual, trabaja sobre todo en el ámbito de lo fotográfico, y se considera también aprendiz, así como acumulador –sobre todo de imágenes– y coleccionista. Como si de un DJ se tratara, manipulando pistas de sonido, las imágenes, propias y ajenas, ocupan el espacio en configuraciones muy diversas: siempre a partir de yuxtaposiciones, de vínculos conceptuales y formales, en un collage en movimiento. Columnas fotográficas, a modo de pilares, imágenes enmarcadas en paspartús desbordados o fotografías que hacen referencia a lo táctil, y tapizan sillas y sofás donde sentarse a descansar, conviven y dan forma a las cinco estancias que componen la exposición.
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