Liliane Tomasko

Materia luminosa

Exposición

A pesar de las diferencias existentes entre estos tres temas, el hilo conductor de todos ellos es su origen fotográfico. Liliane Tomasko reúne grupos de bolsas de papel en bodegones y luego las fotografía con una cámara Polaroid. Sigue el mismo proceso con las pilas que, en realidad, son esculturas maleables que retrata en un extremo primer plano para empujar al espacio físico tridimensional hasta los márgenes y rincones del plano de la imagen. Tomasko repite exactamente el mismo proceso cuando captura los rincones oscuros y los fragmentos de las ventanas. No obstante, la artista no comienza con fotografías de gran calidad. Son instantáneas tomadas con Polaroid y, por lo tanto, son maleables y de alguna forma indistintas, a menudo de vivos colores, o colores que tienden a ser demasiado oscuros o demasiado brillantes con respecto al objeto original. Las fotografías son pequeñas. Con estas imágenes, que utilizan simultáneamente la memoria del objeto, éste se transforma en pintura, medio que lo devuelve prácticamente a su tamaño original.    El proceso de abstracción y mistificación permite a esta pintora emplear un estilo pictórico tenue que proporciona misterio y luminosidad, características originalmente ajenas al objeto representado. Así que las pinturas, a través de sus superficies revestidas de emociones, llevan al objeto de la fotografía barata a la pintura romántica de sus orígenes, desplegando una nueva belleza y una valiosa originalidad.  Estas obras atesoran una importante observación sobre nuestro mundo contemporáneo, pues las imágenes transforman el significado de los objetos que representan. Por tanto, el tema de la representación y la falsa representación es omnipresente. Se trata de un viaje por el poder transformador del medio, y por el poder de la pintura como medio manual en la actualidad.