Visita y presentación de la obra “En ausencias” de Manuel Bellver, en diálogo con Ignacio Pinazo.
Una visita en el contexto de la exposición “Pinazo: Identidades”
El IVAM presenta el tercer diálogo con la exposición ‘Pinazo: identidades’ a partir de la obra de Manuel Bellver “En ausencias”. El artista, junto al comisario de la muestra Vicente Pla, realizará una visita especial acompañando la nueva intervención en la exposición.
Texto del artista:
La obra de Ignacio Pinazo inscrita en la modernidad siempre nos espolea a preguntarnos, a indagar aquello que manifiesta en sus quehaceres, tanto en sus obras plásticas como en las anotaciones escritas donde se pone de manifiesto una mente activa que no tan solo se conforma con pintar cuadros y hacer dibujos (que ya es mucho) sino que investiga y reflexiona sobre la realidad que le tocó vivir.
En el contexto de Pinazo: identidades se nos presenta una serie de temáticas que necesariamente nos exige, desde la contemporaneidad, un análisis de su trabajo, de sus aportaciones al arte de su tiempo y de nuestra actualidad. Es en la última temática, “Ausencias”, donde, desde la lógica de mi trabajo, pretendo establecer conexiones entre dos maneras de entender el concepto de ausencia implícita en un lenguaje plástico y poético. En estas manifestaciones plásticas entendemos ausencia, tanto en la obra de Pinazo como en mis trabajos, como un despojarse de presencias adheridas a la lógica interna de la experiencia plástica.
Mis trabajos nacen de la necesidad de encontrar imágenes que identifiquen las pulsiones ante la observación de manifestaciones, tanto en el tema externo como en la psicología de quien observa. Quien observa es objeto de su propia observación. Esta especie de imágenes en movimiento en un fluido temporal no pretende parar el instante. Más bien al contrario, intenta moverse con la fluidez de aquello inmediato. Cierto que la imagen, nunca definitiva, recoge aquello que pasa y, ahora, aquello que pasó. Trabajo con imágenes que fluyen todavía ahora y guardan aquello que había —aquello que percibí— cuando fueron hechas, pero que, inexorablemente, son vestigios, presencias de ausencias. Así, en mis propuestas (imágenes fotográficas, dibujos, pinturas, esculturas…) siempre hay algo en ausencia. Hay personas, animales, plantas, movimientos geológicos, manifestaciones atmosféricas…
Los trabajos que presento en este diálogo con la obra de Pinazo parten de mis experiencias al situarme ante (o en medio de) una montaña muy próxima a mi lugar de residencia. Un territorio donde la propia experiencia contemplativa no siente ajenos los hechos y las cosas que pasan en este espacio insertado en mi cotidianidad. Al pie de la montaña (dietario), una colección de 365 fotografías (una cada día a diferentes horas), es el corpus de un año completo donde se fijan observaciones de los cambios y las ausencias.
La serie de 190 dibujos con el mismo título que el dietario fotográfico recoge, si bien no cada día sí muchos de los días de un año, la experiencia de ser ahí. Un ser donde se superponen experiencias vividas en la propia montaña y en otras, algunas distantes a centenares de kilómetros de aquí y muy lejanas en el tiempo. Esta serie reúne plásticamente una poética de la ausencia (sin ningún tipo de nostalgia) donde se pone de manifiesto que quien observa —en este caso el artista— está permanentemente, sin memoria, presente en ausencia.
Así mismo, el video Las otras pieles (exterior noche) es un intento de presentar la constatación de la relación presencia-ausencia que hay en el dentro y en el fuera de los espacios donde desarrollo mis actividades cotidianas. La cámara muestra los muros que delimitan la vida al exterior y en el interior. Un exterior donde se va al encuentro de manifestaciones naturales, de materiales físicos o no, que podrán en algún caso ser utilizados en la construcción de obras plásticas. El espacio interior es de serenidad, de reflexión y de trabajo. Interior y exterior establecen una dialéctica que manifiesta la especulación ambigua y, al mismo tiempo, polivalente en sus funciones.
En una concepción holística del mundo, y aceptando el principio de fugacidad, todo se relaciona con todo y nada es perdurable.
Consciente de su mudez, de las limitaciones del lenguaje, de la imposibilidad de decir, siempre hay un balbuceo con el cual el artista quiere dejar rastros, señales que testimonian su ser en el mundo.
Manuel Bellver

