EL IVAM reflexiona sobre la relación entre la humanidad y las máquinas a partir del siglo XX
La exposición Imaginarios Mecánicos y Técnicos reúne casi 300 obras de la Colección del museo
En los primeros años del siglo XX la máquina era el símbolo del progreso. La industrialización y los procesos mecánicos prometían efectividad y rapidez. Surgieron grandes inventos como el cine, la cámara fotográfica, el teléfono, el automóvil o los electrodomésticos, símbolos del desarrollo social. La exposición Imaginarios Mecánicos y Técnicos en la Colección del IVAM, comisariada por María Jesús Folch, reúne obras de casi 300 artistas que crearon imaginarios capaces de reflejar el espíritu de la cultura industrial que los rodeaba. Bienvenidos al siglo de las máquinas.
«La muestra es un recorrido planteado para entender la influencia de la máquina en la humanidad a partir del siglo XX y su impacto en el mundo del arte, siempre abierto a la incorporación de nuevos materiales y lenguajes», ha introducido la directora del IVAM, Nuria Enguita. «El arte es transmisor de ideas, anhelos y ficciones, por ello esta muestra plantea la relación entre los avances tecnológicos y las diversas producciones culturales y artísticas del siglo XX: desde el simbolismo de la máquina como sinónimo de modernidad o la utopía vanguardista que celebra el frenesí de la producción industrial, pasando por las relaciones entre arte y ciencia con el desarrollo de los primeros ordenadores en los años cincuenta y sesenta, hasta el fin de aquella utopía de progreso a finales de esa década, que deja paso al nihilismo contemporáneo y la disolución del cuerpo en la máquina, en un deseo de superación de lo humano y de sus paisajes», explica Nuria Enguita sobre esa «dualidad» que presenta la exposición.
«La muestra incluye artistas fundamentales que han definido la historia del arte en Occidente en el ultimo siglo, a través de una gran variedad de modos de hacer: collage, fotografía, pintura, escultura, dibujo, cómic o video», como destaca la responsable del centro. Con ello se pretende poner en valor y dar a conocer el rico patrimonio que conserva el museo. La exposición también incluye obras procedentes de otros museos e instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museu d’Art Contemporani de Barcelona-MACBA, el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, el Espai Alfaro, la Fundación Juan March, el IVAC-La Filmoteca, el Museu Internacional de Titelles d’Albaida, el Museo de la Telecomunicación Vicente Miralles Segarra, la biblioteca personal de Álvaro Pons o Cal Cego – Colección de Arte Contemporáneo.
Esta gran exposición cuenta asimismo con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell, representada a través de Ramón Satorra, Director de Distribución de Red Territorial, que confirma que «la Fundación Banco Sabadell y el IVAM coinciden en su interés por acercar la cultura y el arte a la sociedad. Tenemos intención de seguir apoyando este trabajo».
La idea de la exposición surge de un ensayo de Ortega y Gasset de 1933, Mediación de la técnica, en el que «definió al hombre como un programa imaginario, como una idea de futuro», expone la comisaria, Mª Jesús Folch. «Se trata de un movimiento en dos direcciones en el que la imaginación jugaba un papel esencial: por una parte, imaginar la posibilidad de máquina que el mundo lleva latente en su materia y, por otra, imaginar los procedimientos implícitos en su transformación».
Estructurada en nueve secciones, la comisaria subraya, sin embargo, que «no deben verse como compartimentos estancos, sino que se conectan y comunican en diferentes direcciones». Una estructura de grandes proporciones, en la que se expone un teléfono, un telégrafo o una radio de la época, da la bienvenida al visitante y anuncia la presencia omnipotente de las máquinas y las cadenas de montaje en la exposición. En esta primera sala conviven obras que alertan de la alienación laboral por efecto del ludismo y el taylorismo —tema central que empleó Heartfield en sus fotomontajes— junto con aquellas que consolidaron la sociedad de masas y que vemos en las piezas de los soviéticos Klucis, Valentina Kulagina o Natalia Pinus.
El cine es el protagonista de la segunda sala, donde diferentes proyecciones dan muestra de cómo los artistas encontraron en este nuevo lenguaje una forma de subvertir los principios heredados del pasado. El siguiente apartado, dedicado a la luz, el movimiento y los nuevos materiales, reúne piezas de artistas que, en los años treinta, experimentaron con tecnicismos de base científica, como Naum Gabo, Moholy Nagy, Alexander Calder o Marcel Duchamp. Estas obras están vinculadas con los trabajos que en los años setenta hicieron grupos como Antes del arte y el Centro de Cálculo de la UCM (Universidad Complutense de Madrid), donde destacaron artistas como Soledad Sevilla, Elena Asins, Eusebio Sempere, José Mª Yturralde o Jordi Teixidor, presentes en la muestra.
Otro de los grandes temas que cruza transversalmente el proyecto curatorial es la interdependencia entre tecnología y corporeidad. Desde la simbiosis entre la figura humana y la máquina, tal y como aparece en obras de Umbo (Otto Umbehr), Arturo Ballester o Pere Catála i Pic, hasta aquellas que inauguran un diálogo existencial sobre nuestro cuerpo tecnificado, como en los proyectos de carácter espaciotemporal de Gary Hill, Daniel Canogar, Maribel Doménech o Jana Sterback.
La imaginería mecánica, los métodos de producción en serie y el paisaje industrial se muestran en tiempos históricos distanciados. Los vemos a finales de los años veinte con Germaine Krull, Agustín Jiménez Espinosa, Boris Ignatovich o Francis Picabia, y a partir de los años ochenta con Joan Cardells, Gabriela Kraviez, Susana Solano, Bernd y Hilla Becher o Thomas Ruff.
Del mismo modo, la exposición avanza mostrando temas relacionados con el tratamiento de las condiciones de trabajo femenino en las obras de las artistas Kulagina y Pinus, o de artistas contemporáneas como Inmaculada Salinas. Las máquinas visionarias capaces de entrelazar espacios históricos, situaciones sociales, elementos naturales y presupuestos existencialistas aparecen y reaparecen a lo largo de los años en instalaciones de gran formato como las de Gilberto Zorio, Ángeles Marco, Fischli & Weiss, Gordon Matta-Clark, Iñigo Manglano-Ovalle o Carlos Sáez.
La directora del IVAM, Nuria Enguita, ha finalizado la presentación recordando que «este proyecto se complementa con una muestra documental ubicada en la sala de la Biblioteca titulada Apuntes sobre abstracción geométrica en España. Los materiales recogidos en esta confirman la importancia del arte abstracto y su vertiente geométrica en el panorama artístico español de los años sesenta y setenta del siglo XX». Asimismo, a partir del mes de mayo se podrá visitar la instalación 24 Frames concebida por el grupo Laboratorio de Luz, que es el resultado de una investigación en torno a la imagen y el sonido que conjuga arte y ciencia.
La exposición Imaginarios Mecánicos y Técnicos en la Colección del IVAM podrá verse desde el 11 de marzo hasta el 17 de octubre de 2021. El IVAM ha organizado visitas comentadas y actividades que contextualizan la muestra, como las conferencias de Vicente Sánchez-Biosca, catedrático de Comunicación Audiovisual; de Paula Barreiro, catedrática de Historia del Arte Contemporáneo de la Universidad de Grenoble-Alpes; y del artista Daniel Canogar, que también impartirá un taller en el mes de junio. Con motivo de la exposición se edita un catálogo que estará disponible en la tienda en línea del museo.