Walker Evans
La Habana 1933
Walker Evans (San Luis, Misuri, EUA, 1903 – New Haven, Connecticut, EUA, 1975) quiso ser escritor, se convirtió en un fotógrafo de prensa y docente reputado, además de redactor, y sus fotografías han acabado formando parte de la Historia del arte por méritos propios. No hay duda de que sus proyectos y libros fotográficos marcaron el decurso de este lenguaje visual y artístico durante las décadas posteriores y algunas de sus imágenes han devenido iconos visuales de la modernidad. Su participación en la misión fotográfica dependiente de la FSA-Farm Security Administration —promovida en los años treinta por el gobierno presidido por Franklin D. Roosevelt y coordinada por Roy Stryker— reunió a un grupo de excelentes fotógrafos/as, entre quienes destacaron Dorothea Lange, Ben Shann, Louise Rosskam o Jack Delano.
La Habana 1933 recoge las fotografías realizadas para ilustrar el libro The Crime of Cuba, del escritor comprometido políticamente Carleton Beals, a lo largo de tres semanas en la primavera de 1933. Por entonces, la isla estaba gobernada por Gerardo Machado, cuyo mandato, que acabó ese mismo año, había derivado en una dictadura cruenta. Las escenas de esta serie muestran tanto la gente sencilla, como campesinos, prostitutas, mendigos, parados…, como la élite cubana, en composiciones que conforman el imaginario de Evans: arquitecturas variadas, cartelería urbana, tomas frontales y un cierto distanciamiento nada frío, propio de un gran observador y también desconocedor de la realidad cubana hasta ese viaje.
Esta muestra juntó por primera vez todas las fotografías de la serie, prácticamente inéditas hasta ese momento, e hizo patente la importancia de Walker Evans en la historia de la fotografía posterior. Sin riesgo al error, puede considerarse al fotógrafo norteamericano una de las figuras claves de la transición entre la fotografía llamada documental y la puramente artística o «plástica», según el concepto ideado por Dominique Baqué.