Pierre Alechinsky

ExposiciónIVAM Centre Julio González

La muestra presenta más de ochenta obras, incluyendo óleos, acuarelas, tintas y acrílicos sobre lienzo y papel, en una amplia retrospectiva que se inicia en 1948 y llega hasta 1997 y permite valorar con amplitud y profundidad las contribuciones plásticas de este artista fundamental en el desarrollo de la pintura europea contemporánea, que dio sus primeros pasos en el grupo Cobra. El catálogo editado con motivo de la exposición reproduce las obras expuestas e incluye ensayos sobre Alechinsky de Alain Robbe-Grillet, Pierre Daix, y Jon Yau, junto a una amplia cronología realizada por Daniel Abadie, bibliografia y relación de exposiciones del artista.

Nacido en 1927 en Bruselas, donde estudió en la Escuela Nacional Superior de Arquitectura y Artes Decorativas de Bruselas (La Cambre), Pierre Alechinsky ha sido uno de los miembros más destacados del grupo Cobra, fundado en 1948 por Asger Jorn, Christian Dotremont, Joseph Noiret, Karel Appel, Constant y Corneille. Alechinsky, participó en las exposiciones, colaboró en la revista del grupo con textos e ilustraciones y publicó el libro Les Poupées de Dixmude (Éditions Cobra, 1950). Fue un periodo de estrecha colaboración con Asger Jorn y Dotremont. Durante esta época empleó el óleo para crear multitud de formas que proliferan en la superficie de sus lienzos, y comenzó a manifestar sus preferencias hacia los títulos irónicos y la línea curva. Tras la disolución de Cobra se trasladó a París, donde frecuentó a los surrealistas, trabajó en el taller de grabado Atelier 17 de S.W. Hayter, y expuso regularmente en la Galerie de France. También participó en diversas muestras colectivas en Bélgica, Francia, Italia, Holanda y países escandinavos.

En la década de los cincuenta descubrió la caligrafía japonesa que le aportó una gran influencia, apreciable en sus creaciones posteriores, y viajó a Japón donde realizó la película documental Calligraphie japonaise. Durante este periodo abandonó paulatinamente el óleo para emplear la tinta y la pintura acrílica; también comenzó a trabajar situando los soportes -lienzos y papeles- directamente en el suelo, empleando la materia muy fluida en su elaboración de formas paisajísticas y figuras de un bestiario inquietante. Invitado a la Bienal de Sao Paulo en 1959, recibió, un año después, el premio Hallmark de Nueva York por su Hommage à Ensor, artista al que nuevamente dedicó la obra titulada Fête d’Ensor en 1963. También representó con gran éxito a la pintura belga en la Bienal de Venecia de 1960 y 1972.

En 1965 realizó su primer lienzo con notas marginales, que desarrollaban alrededor de la superficie central del cuadro un conjunto de variantes, agregados y complementarios que desarrollan a modo de viñetas una multiplicidad de narraciones paralelas. Estos remarques aparecerán con frecuencia tanto en la pintura como en los grabados de Alechinsky. La abundancia y diversidad de la obra de Alechinsky dificulta la búsqueda de términos que la definan. En sus creaciones el dibujo desempeña un papel fundamental, en el que conviven las influencias más diversas, la caligrafía oriental, los dibujos infantiles, las figuras rupestres, las viñetas humorísticas, la imaginería popular, los folletos impresos, prescindiendo de las estériles polémicas entre abstracción y figuración. Su pintura de maneras expresionistas presenta resonancias de Ensor, pero también un cierto espíritu surrealizante, que se manifiesta por otro lado en su amistad con André Breton. Al mismo tiempo su grafismo y el recurso a elementos clásicos como determinados componentes decorativos aportan una simbología que realzan la carga expresiva de sus obras. En sus grandes lienzos encola papeles escritos usados, mapas, superficies manchadas, integrando un universo de formas y trazos que le proporciona el azar.

Desde sus comienzos como pintor Alechinsky ha estado vinculado con los círculos literarios de la capital francesa, ha ilustrado libros para sus amigos escritores como Michel Butor, Roger Caillois, Joyce Mansour, Jean Tardieu y, a su vez, como escritor ha publicado ensayos sobre Michaux, Van Velde o Dotremont, y textos de creación como Titres et pains perdus (1965), Le Test du titre (1967), Roue libre (1971), L’Autre Main (1988), Un cheveu (1995), etc., donde muestra una gran capacidad metafórica y un gran sentido del humor.