Antonio Ballester

Esculturas y dibujos

ExposiciónIVAM Centre Julio González

El escultor Antonio Ballester Vilaseca (València 1910) es hijo de Antonio Ballester Aparicio, escultor de reconocido prestigio en la ciudad, al que visitaban en su taller artistas e intelectuales. Orientado por su padre desde temprana edad, aprendió dibujo y modelado. Frecuentó también otros talleres de escultores como el de Enrique Cuñat y estudios de pintores como Ricardo Verde, Garnelo, Capuz y Luis Felipe Usábal. En 1922 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos con doce años, donde entabló amistad con Francisco Carreño y Josep Renau cuya influencia se hace visible en la mezcla de art decó y vanguardismo de su obra, así como en su compromiso político. Consiguió las más altas calificaciones académicas y, en 1927, obtuvo por unanimidad el Premio Roig por su trabajo fin de carrera.

Poco después aparecen sus obras realizadas a partir de objetos encontrados como Signo en cantos rodados (ca. 1929), de extrema pureza y con ciertas resonancias de la Escuela de Vallecas y de la abstracción de Hans Arp. A lo largo de su trayectoria artística ha dado muestras de su dominio de las diversas técnicas escultóricas tanto en los trabajos de tallas de madera, moldeados de barro, bronces o hierros. Influido por el art decó realizó la maqueta en yeso de un Relieve con figura femenina bebiendo y simio sentado (1928) y Tríptico (1929), obra en cuya realización participaron sus amigos Josep Renau y Francisco Badía. Su prestigio se acrecentó cuando en 1929 ganó el Concurso Internacional para el Monumento a la independencia de Uruguay, que había sido convocado por la ciudad de Paysandú (Uruguay) con una escultura rotunda, de influencias amerindias y art decó. En 1931, y poco antes de proclamarse la II República, participó en una exposición colectiva de vanguardia en los locales de la Agrupación Valencianista Republicana; muchos de los artistas que participaron serían integrantes de la futura UEAP (Unión de Artistas y Escritores Proletarios). En 1933 obtuvo la plaza de profesor de dibujo en el Instituto Blasco Ibáñez de Valencia.

Al comienzo de la guerra civil fue de los primeros artistas que puso su arte en defensa de la causa republicana y realizó los primeros carteles que se pegaron por la ciudad en defensa del gobierno. Durante la guerra estaba adscrito a la Sección de Propaganda de la Delegación de Milicias Antifascistas. Participó en las actividades de la Alianza de Intelectuales Antifascistas y colaboró en la revista Nueva Cultura, fundada en 1935 por Josep Renau. Participó en la exposición del pabellón de la República española de la Exposición de París del año 1937 con los relieves Fuenteovejuna (1935) y Los vencedores de Brihuega, en talla de madera policromada y cemento coloreado, respectivamente, en las que destacaba la sobriedad de sus formas y el realismo de los personajes. Destinado en la Sección de Propaganda del Ejército en 1938, colaboró en la revista Comisario, y fue uno de los ilustradores del libro Canciones de lucha, recopilado por el compositor Carlos Palacio.

Finalizada la guerra fue encarcelado e inhabilitado para ejercer la cátedra de dibujo, participó en la creación del Taller de Arte que agrupó a los diversos artistas que estaban en prisión. Al salir del penal reanudó el trabajo en su taller realizando diversos encargos de imaginería religiosa. En 1946 emigró a Méjico donde habían hallado refugio sus hermanas y su cuñado Josep Renau. En la capital mexicana se integró en los círculos de refugiados republicanos valencianos. El prestigio alcanzado en escultura de imágenes religiosas le proporcionó diversos encargos destinados a templos y conventos. En su estancia en la capital mexicana colaboró con el, también exiliado, arquitecto alicantino Félix Candela en la decoración y ornamentación del templo de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, para el que diseñó prácticamente la totalidad de los elementos iconográficos, ornamentales y devocionales. También realizó gran número de esculturas y dibujos influenciado por las diferentes manifestaciones de la moderna figuración europea. Con especial predilección por los trabajos de Matisse, Henry Moore y Arturo Martini. En 1960 se estableció en Los Ángeles (California), y realizó entre otros trabajos escultóricos La Familia, para la fachada del edificio Home Savings and Loan Association, y el retablo principal para el Seminario St. Johns de Camarillo (California). Regresó a España en 1963, instalándose en Valencia donde prosiguió con algunos de los encargos recibidos en California y con la producción más personal.