Mesa redonda homenaje a David Bowie
Mesa redonda homenaje a David Bowie en la que participan los periodistas Rafa Cervera, Marta Moreira y la artista Roberta Marrero.
DAVID BOWIE, género, imagen y estrellato
David Bowie fue mucho más que una estrella pop. Su presencia definió musicalmente la década de 1970, asentándolo como un personaje importante en su momento, cuya influencia en ella cultura contemporánea iría creciendo con el paso del tiempo.
Más allá de las canciones que han perdurado en el imaginario universal, y de su capacidad para experimentar e intuir nuevos caminos para la música, Bowie ha sido un creador cuya influencia está mucho más presente en nuestra vida cotidiana de lo que parece, un efecto que, tras su muerte y ante su inevitable ausencia, quizá merece ser analizado.
Dicho impacto se puede estudiar, entre otras muchas posibilidades, a través de vertientes como el género, la imagen y el estrellato. Bowie es la primera estrella pop que usa de una manera conscientemente radical la imagen para destacar, una imagen transgresora que va más allá de lo establecido por Elvis, The Beatles o la cultura hippie porque cruza los límites del género. Sólo cuatro años después de que la homosexualidad dejara de ser penada en Inglaterra, Bowie impone un nuevo modelo de estrella cuya sexualidad es abierta, a la vez que se convierte en un ídolo para los adolescentes.
Esa proyección llega a través de un personaje llamado Ziggy Stardust, mitad música y mitad imagen. Esa imagen, sostenida en una estética que a su vez crea un estilo propio, es documentada de una manera consciente a través de la fotografía -especialmente por el fotógrafo Mick Rock- y el cine. Bowie sabe que las cámaras le están enfocando y actúa para ellas.
Todo eso configura un modelo de estrella inédito hasta entonces. Su impacto no tardará en reflejarse en la música pop británica, que para entonces ya es un gran transmisor cultural. Una nueva generación de artistas surgida a finales de la década de 1970 y principios de la de 1980 hará valer su influencia, tanto musical como estética.
Ese período inicial en su carrera, que va de 1971 a 1974, es seguido por otro que llega hasta 1980 y en el que la sobriedad va apoderándose de la imagen de Bowie. Esta adquiere una definición heterosexual gracias a los trajes, los sombreros, las gabardinas, pero a su vez sigue jugando con la ambigüedad de la que procede el personaje. El campo artístico de Bowie, aunque despojado de la teatralidad de sus comienzos, nunca está exento de esa ambigüedad.
Los referentes estéticos de todos estos Bowies están presentes en fuentes tan diversas como el Hollywood clásico (Veronica Lake, Lauren Bacall), Little Richard, el teatro japonés, la Factory de Warhol y el underground neoyorquino, el expresionismo alemán, el surrealismo, el dadaísmo…
Todas esas influencias que conforman a Bowie han acabado haciendo de él un referente que abarca no sólo la música pop (Boy George, Visage, Human League, Alaska, Marilyn Manson, Suede…), también llega a la moda (Kate Moss podría ser uno de los mejores ejemplos), el cine, la publicidad…
Rafa Cervera