La ola en la mente. Isabel de Naverán
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“Me pregunto si la escritura puede ser un modo de hacer lugar en varios planos: espacial, mental, identitario, temporal. Escribir como una forma de entrar en conexión con lo que nos ha impactado y una manera hacer mundo desde lo más próximo. La tentativa de La ola en la mente es poner en práctica una escritura somática, que se diferencia de la llamada escritura performativa por cuanto a que no (o no solamente) actúa sobre el cuerpo de quien la lee. La escritura somática muestra la inscripción de la Historia en los cuerpos, a través de la gestualidad aprendida, heredada o imitada, pero también de las formas de percepción que incorporamos físicamente, las formas de mirar, sentir y ver, y las formas de narrar, decir, hablar. En este sentido, asume el lenguaje como materialidad capaz de dar a ver, esto es, revelar, los distintos estratos que conforman las relaciones con aquello que nos interpela en la investigación en arte. Es también una práctica de pensamiento corporal que pone en cuestión el concepto de cuerpo entendido como anatomía, espacio físico que delimita y contiene una subjetividad individual e intransferible”.
Isabel de Naverán
La ola en la mente nombra una zona de investigación que coloca la escritura en el centro del hacer, poniendo especial énfasis en la percepción corporal en tanto que lugar conector de sentidos sensoriales e intelectuales, el proyecto busca ensayar una escritura que es a la vez dispositivo de escucha y metodología de investigación: una escritura ensayística, sensual, sensible, física y material.
La ola en la mente toma su nombre del libro de Ursula K. Le Guin The Wave in the Mind. Talks and Essays on the Writer, the Reader, and the Imagination (2004) que fue publicado en castellano bajo el título Contar es escuchar. Sobre la escritura, la lectura, la imaginación (2017).
Para la elección del título original Le Guin se inspira en una carta que Virginia Woolf envía a la poeta, escritora y diseñadora de jardines Vita Sackville-West en 1926. En ella, Woolf incide en la importancia de encontrar el ritmo adecuado en la escritura. Un proceso que requiere situarse físicamente en un modo de observación sensible que Woolf compara con el movimiento de una ola silenciosa, que se inicia en alta mar, en medio del océano, y que paulatinamente se acerca hacia la orilla. La tarea de quien escribe consiste en detectar el movimiento de esa onda mientras se acerca, rompe y se asienta en forma de espuma. Solo entonces se reconoce el ritmo que subyace a las palabras.
La ola en la mente se gesta y desarrolla desde 2021, en el marco del periodo que Isabel de Naverán disfruta como investigadora asociada a Azkuna Zentroa, Bilbao.
Isabel de Naverán (Getxo, 1976) investiga en el cruce entre el arte, la coreografía contemporánea y la performance en proyectos de curaduría, edición y escritura. La preocupación por el paso y uso del tiempo subyace a sus investigaciones, centradas en la transmisión corporal y la revisión del concepto de tiempo histórico desde prácticas efímeras y fugitivas.
En 2010 funda, junto a Beatriz Cavia, Miren Jaio y Leire Vergara, Bulegoa Zenbaki Barik – Oficina de arte y conocimiento en Bilbao, proyecto al que permanece vinculada hasta 2018.
Doctora en Arte por la Universidad del País Vasco. Desde 2017 trabaja como curadora de danza y performance en el Departamento de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía, en Madrid, labor que compagina con su periodo como investigadora asociada en Azkuna Zentroa, Bilbao.
En 2022 publica sus primeros libros: Envoltura, historia y síncope (Caniche editorial) y Ritual de duelo (editorial consonni) en lo que supone una fuerte apuesta por la escritura.