“Autobiografía de mi madre”. El gesto narrativo
Literatura entremedias de la exposición popular. Con Álvaro de los Ángeles
Esta novela exenta de diálogos cuenta desde la primera persona de Xuela Claudette, la vida dura y cruel, sin ningún tipo de sentimentalismo o nostalgia, de la protagonista en un ambiente asfixiante que, sin embargo, aceptamos como algo natural; como si el mundo y la vida no pudieran ser de otra manera. Xuela Claudette Richardson bien podría ser Xuela Claudette Desvarieux, que es el nombre de la madre de la protagonista y que desconocemos hasta la página 78 del libro. Por lo tanto, esta narradora que podría ser ella o la madre, que puede estar viviendo su vida en la isla de Dominica, en las Antillas, o estar contando la de su madre, es también «el símbolo» de un pueblo entero, de una comunidad colonizada donde el uso de los idiomas implica una desigualdad de clases como la propia lucha entre riqueza o pobreza, entre honestidad o corrupción, entre amor o desprecio.
La visión de Jamaica Kincaid (St. John’s, Antigua y Barbuda, 1949) nos coloca ante un espejo. No tanto por aquello que dice como por el modo como lo dice y por todo lo que nos interpela. La protagonista no acepta nada del resto, todas las personas que se va encontrando en su vida no merecen su respeto, su cariño, su comprensión, salvo su madre, la única a quien no ha conocido, pues, como indica en la primera frase del libro: «Mi madre murió en el momento en que yo nací, y así, durante toda mi vida, no hubo nada que se interpusiera entre la eternidad y yo; a mi espalda había siempre un viento negro y sombrío».
En el contexto de popular, esta obra nos permitirá repasar las obras y artistas que han trabajado desde los márgenes su propia experiencia y la vinculación con la tierra colonizada que han heredado. Nos permitirá hablar de la negritud y el esclavismo; la colonización española en Latinoamérica y las resistencias o los abismos; los grandes imperios que han repartido el mundo y sus riquezas a su imagen, semejanza y necesidades propias. En el límite del primer cuarto de este siglo, no podemos mirar con sinceridad al arte, a la literatura, al teatro o al cine sin preguntarnos por todo lo que no hemos aún hecho, por todo lo que ni siquiera (nos) hemos cuestionado. La segunda sesión vinculada a Autobiografía de mi madre nos permitirá profundizar más en la autora, pero además y sobre todo en lo que su narrativa posibilita, lo que sus palabras condicionan. La exposición reciente en el IVAM de Otobong Nkanga, por ejemplo y como contrapunto a popular, puede servirnos también de enlace entre maneras similares de cuestionar la opresión colonizadora y de generar preguntas liberadoras desde el arte.
La intención de estas «segundas sesiones» es que la novela elegida actúe, figuradamente, como una piedra que, al caer al agua, forma ondas concéntricas que son los materiales anexos. Cuanto más próximos a la obra, más vinculados con la literatura; cuanto más alejados, más relacionados con el arte. Entremedias de ambos, los ensayos y otros tipos de textos documentales.