La vista y la visión
Esta exposición está dedicada a analizar el tema del ojo en la historia del arte desde la prehistoria hasta nuestros días y está compuesta de más de 200 obras (objetos de culto, orfebrería, pintura, escultura, videos, etc) procedentes de los más prestigiosos museos del mundo.
El ojo es el órgano de la vida: es signo de vida. A los muertos se les cierran los ojos. Los difuntos tienen la mirada vidriada, inerte. A los dioses, inmortales, no se les apaga nunca la vista. En algunas de sus representaciones, sus ojos ocupan la totalidad del rostro o aparecen con uno sólo que centra la mirada. El ojo era el signo de la divinidad ya en la remota antigüedad. El ojo capta imágenes del mundo exterior, es receptáculo. Además de los sentidos externos, los seres humanos poseen sentidos interiores, los llamados en algunas culturas ojos del alma. Los poetas, profetas, magos o chamanes, además de tener visiones e imágenes procedentes de la memoria o la imaginación, son capaces de descodificarlas y traducirlas para el resto de los hombres. Al dar forma visible a estas imágenes intangibles, estos visionarios son verdaderos creadores comparables a los dioses. Son lo que hoy llamamos artistas, que, como defendieron los surrealistas, están en posesión de un tercer ojo interno e invisible.
La exposición es especialmente rica en obras del neolítico y de principios de la Edad del Bronce, así como de nuestros días, entre las que destacan algunas videoinstalaciones. Esta muestra se completa con un ciclo de conferencias impartido por especialistas internacionales, y uno cinematográfico. El comisario de la exposición es Pedro Azara.