Tony Smith
Por primera vez en España un museo recoge, de manera retrospectiva, la compleja obra de T. Smith, representada en la Galería 1 del IVAM por una selección de 100 piezas que incluyen dibujos, maquetas, pinturas y esculturas. La obra de este artista norteamericano, nacido en South Orange, New Jersey, en 1912, es el eslabón que ha permitido el paso de los lenguajes vanguardistas de las primeras décadas del siglo XX a las propuestas conceptuales que defienden la participación del espectador en el hecho artístico.
Su trayectoria se extiende dilatadamente a lo largo de casi cinco décadas hasta su muerte en Nueva York en 1980, desde sus inicios arquitectónicos de los años treinta, cuando descubre la construcción modular de Frank Lloyd Wright y Le Corbusier, hasta sus proyectos más ambiciosos de los años setenta en los que pretendía dejar su huella en el paisaje. Amigo y teórico del grupo de artistas que fundaron la Escuela de Nueva York, como Mark Rothko, Jackson Pollock, Clyfford Still y Barnett Newman, compartió con ellos esa búsqueda de lo sublime más allà de referencias directas al mundo real. Sus planteamientos constructivos y su dominio de la geometría han ejercido una influjo decisivo sobre los artistas minimalistas. Sin embargo T. Smith se desmarcó de las visiones reduccionistas de estos artistas y defendió la vitalidad de sus propuestas. La verdadera naturaleza de su arte se encuentra en la defensa de la experiencia como premisa para comprender el fenómeno artístico y la oposición a toda convención estética. La geometría orgánica de Tony Smith, con su aparente sencillez, ha trazado un rumbo que todavía orienta a una gran parte de la escultura contemporánea.