55 días en Valencia
Encuentro de arte chino
China cada día está más cerca de Occidente y, podemos asegurar, con la misma certeza, que Occidente está cada vez más próximo a este país oriental de magnitudes colosales. Ambas potencias sienten interés y curiosidad por encontrarse más allá de los límites que marcan las fronteras y las diferencias culturales. China rastrea por nuestro territorio en busca de una cultura ajena que le reporta una visión diferente y le abre puertas que le permiten acceder a una filosofía alejada del confucionismo, a unas políticas sociales plurales que distan de la autoridad jerárquica que tantos años ha formado parte de su identidad, a unas artes escénicas austeras, comedidas, donde lo textual gana fuerza frente a la agudeza visual, colorida y gestual de Oriente, a unas artes plásticas que rompen con las tradición figurativa, con los marcos y límites de las estructuras artísticas, y se adentran por lo conceptual a través de técnicas innovadoras que producen un verdadero contraste con las técnicas clásicas en tinta y papel de las artes chinas tradicionales.
Este país se permeabiliza gracias a que mantiene esta investigación aperturista desde hace tres décadas aproximadamente, cuando puso en marcha una liberalización de las políticas sociales y económicas. Y los resultados se dejan notar, no solo en la buena posición que ha adquirido últimamente en el mercado mundial, sino en la forma que ha absorbido rasgos de nuestra cultura y la ha asumido junto a la suya de carácter legendario. Esa contaminación entre culturas, nuevas y hereditarias, es la que más interés despierta cuando asiste a encuentros artísticos como los que el IVAM viene presentando a lo largo de este 2008 en los que los artistas chinos son los protagonistas absolutos.
Con anterioridad, a lo largo del siglo XX sobre todo, grupos de artistas insurrectos fueron captando e introduciendo clandestinamente corrientes de pensamiento que se producían fuera de sus fronteras. Esos primeros pasos, en un momento de espera y desafío, se dieron en una sociedad amordazada que aislada resistía el paso del tiempo alejada de una contemporaneidad que se respiraba alegremente por tierras occidentales. La globalización y los cambios de dirección política estimulan a esta nueva China para despertar de un letargo y una carga histórica reciente muy pesada y dolorosa, y lo está haciendo con una fortaleza y una decisión asombrosa. Se está democratizando con lentitud porque no debemos olvidar que es un gran imperio, difícil de gestionar, pero que tiene voluntad de ir ejerciendo un poder económico muy próximo a un bienestar social y cultural con plenas libertades para expresarse.
Las artes chinas cuentan con una poética que marca grandes diferencias con Occidente debido al discurso histórico que les ha separado. Es una poética armoniosa, de una creatividad descomunal, debido a su vasta memoria histórica colmada de belleza y tradición; las nuevas generaciones están utilizando ese pasado para renovar los temas caducos y gastados junto con los más novedosos que llegan de la libertad global que genera la sociedad de la información y la tecnología. De este modo, desaparecen los símbolos y arquetipos simplistas más arraigados en la memoria colectiva de occidente para dar paso a lenguajes y discursos atractivos sobre todo en los ámbitos sociales y culturales y de este modo abolir prejuicios absurdos. Paulatinamente nos vamos despidiendo de una China anquilosada en un pasado oscuro para observar como se construye un nuevo pensamiento y, en definitiva, una nueva país que se interrelaciona con todos los continentes deseando conectar sinceramente con sus gentes mediante viajes diarios culturales de ida y vuelta. Con estos movimientos dialogantes Oriente y Occidente están más vinculados que nunca, y sobre todo predispuestos a que ambas culturas encajen en un mapa global donde el respeto civil se debe erigir abanderado de sus justos propósitos.
55 días en Valencia. Encuentro de arte Chino quiere mostrar al público los estilos más innovadores del arte surgidos de la nueva cultura nacida en el país, y sobre todo, alrededor de la ciudad de Beijing. La exposición está dividida en tres espacios diferentes, Museo de la Ciudad, Galería 8 y Galería 6 del IVAM y organizada por técnicas desde la ancestral pintura hasta las instalaciones, fotografía conceptual y fotografía documental.