Enric Crous-Vidal

De la publicidad a la tipografía

ExposiciónIVAM Centre Julio González

La exposición reúne carteles y publicaciones de Enric Crous-Vidal. De su primera etapa vanguardista se presenta el Tratado sintético de caligrafía, la revista Art, carteles, folletos y diseños de letras y viñetas conservados por el Museu d’Art Jaume Morera de Lleida y algunos coleccionistas particulares. De su etapa parisina, época en la que el vanguardista ha dejado paso al diseñador profesional y al estudioso de los problemas específicamente tipográficos, se muestra la relación entre la tipografía y la tradición cultural propia. Las obras de esta segunda etapa proceden de colecciones particulares, especialmente de la colección de la Sra. Crous-Vidal, y de algunas bibliotecas francesas.

Esta exposición se inscribe en la línea de recuperación de la memoria del diseño gráfico español llevada a cabo por el IVAM, y el estudio de la vanguardia ilerdense al que el citado museo de Lérida viene dedicándose en los últimos años. Viene también a complementar la labor iniciada ya en 1987 con la exposición que la Caixa de Lleida dedicó al grupo de artistas de Art, y con la recuperación digital de algunos de los tipos de Crous-Vidal que la empresa Bauer ha iniciado en 1999. El catálogo de la muestra reproduce las obras expuestas y cuenta con una selección de textos de Enric Crous-Vidal, además de artículos de Esther Ratés sobre la revista Art y de Patricia Molins, comisaria de la exposición, que analiza la biografía y bibliografía de Crous-Vidal.

Enric Crous-Vidal (Lérida 1908 – Noyon 1987) es una figura pionera del diseño gráfico español, y excepcional por la pluralidad de sus intereses y la magnitud de su trabajo, a pesar de los escasos años que le dedicó. Trabajó en Lérida entre 1931 y 1935 como diseñador publicitario con taller propio y puso en marcha Art, una de las contadas revistas de vanguardia españolas de la época. Tras la guerra se exilió en París, donde residió entre 1947 y 1955. En esta segunda etapa consiguió aprender el oficio de tipógrafo y logró algo que casi ningún diseñador español ha conseguido antes de la época digital: ver fundidos algunos caracteres y viñetas de su creación.

En ambas etapas buscó y encontró la relación con otros artistas y diseñadores a los que apreciaba. Con ellos colaboró buscando siempre la inserción pública de sus ideas y de su trabajo, desde una posición de activista intelectual y estético no individualista. Ese activismo le llevó a promover sus ideas a través de grupos, programas, exposiciones y escuelas, desarrollando una importante actividad paralela como teórico y divulgador de sus ideas tipográficas, en textos que concebía como manifiestos. También habría que acercarse a un período más próximo al actual para encontrar en el terreno del diseño gráfico español otra figura con la capacidad de liderazgo y la voluntad teórica que guiaron a Crous-Vidal. Básicamente autodidacta, no llegó al grafismo por las vías habituales —el artista reconvertido en ilustrador por motivos económicos, o el técnico de imprenta con buena mano y ambición—, sino desde la convicción de la importancia, modernidad y autonomía de la publicidad y la tipografía.