A lo largo de los años 70 y 80 el Pop Art invade los espacios de la vida cotidiana, transformando el sentido de sus objetos, dándoles la sensación cercana de un mundo feliz. Son los años de la cultura de masas, que halla en los medios de comunicación su aliado privilegiado. Medios y mercado inician el proceso de la homologación del planeta en una especie de espejismo cultural. Al mismo tiempo la pujante industria cultural pone en escena los nuevos productos culturales que definen el horizonte de la curiosidad del nuevo espectador. Jean Baudrillard habló del “efecto Beaubourg” remitiéndonos a los nuevos rituales que definieron los comportamientos estéticos del nuevo usuario, en la misma línea que Guy Débord, en La société du spectacle, había identificado las estrategias del nuevo fetichismo. Desde estas claves puede hacerse la lectura de obras fundamentales de la Colección del IVAM relativas a este momento como Blue spark, de James Rosenquist, 1962, Rear window, de Richard Lindner, 1971, Bottle of notes, 1989, de Claes Oldenburg, o A Fable Concerning Power, 1991, de John Baldessari, que representan de forma privilegiada el gusto americano. En unas coordenadas más europeas aparecen los trabajos de Öyvind Fahlström como Red Seesaw o ESSO-LSD de finales de los 60 o la nueva figuración de Valerio Adami. En el caso español la tradición del Pop art ha tenido una incidencia muy relevante, asociada siempre a la ironía y crítica política. La importancia de los trabajos del Equipo Crónica ampliamente presentes en la colección del IVAM, del Equipo Realidad, de Eduardo Arroyo, Juan Genovés o Luis Gordillo, son magníficos ejemplos de estos postulados. F.J. 284
Colección del IVAM. XXV Aniversario
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